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El día en que el mundo comenzó a cambiar

Dos fechas se fundieron en la his­toria universal: el 25 de octubre del año 1917, según el calendario julia­no vigente entonces en Rusia, triun­fó la Revolución de Octubre. Por el calendario gregoriano utilizado en casi todo el mundo, ocurrió el 7 de noviembre.

Foto: Tomada de Telesur

Ese día cambió el curso de la hu­manidad. El capitalismo explotador vio nacer una peligrosa alternativa: un Estado dirigido por los oprimi­dos, los obreros y campesinos.

El proletariado cubano reaccio­nó ante el acontecimiento más por instinto que por conciencia y envió numerosos mensajes de saludo y so­lidaridad a sus hermanos de clase sumados a la exigencia del cese de las intervenciones militares del im­perialismo, empeñadas en destruir al naciente Estado soviético.

Al influjo de su ejemplo y de fac­tores internos del país la clase obrera cubana elevó su combatividad me­diante una ola de huelgas que estre­meció la nación. Entre fines de 1917 y comienzos de 1920 ocurrieron más de 220 paros parciales y generales.

Fiel defensor de la causa de Oc­tubre fue hasta su asesinato el des­tacado líder gráfico Alfredo López, quien llevó al Congreso obrero efec­tuado en abril de 1920 la propuesta de la organización que él represen­taba, la Asociación de Tipógrafos en General, de solicitar el ingreso de los trabajadores cubanos en la III Inter­nacional dirigida por Lenin.

Ese Congreso acordó enviar un fraternal saludo “a los hermanos que en Rusia han establecido la Re­pública Socialista del Sóviet, fun­dando así con infinitos sacrificios y sobrehumanas energías en ese país que ocupa la sexta parte de la super­ficie del planeta, el primer Gobierno de los trabajadores y para los traba­jadores”.

En el quinto aniversario de la Revolución de Octubre comenzó a publicarse bajo la dirección de Car­los Baliño la revista Espartaco, con la finalidad de difundir los logros de la Unión Soviética. El primer en­cuentro de un cubano con los sovié­ticos lo protagonizó Julio Antonio Mella, en Cárdenas, cuando visitó el barco Vatslav Vorosvky, experiencia que plasmó en su emotivo artículo Una tarde bajo la bandera roja.

Tal vez la más conmovedora de­mostración de respaldo con esa causa se produjo ante la muerte de Lenin, que estremeció a miles de cubanos. El alcalde de Regla, Antonio Bosch, lo calificó de ciudadano del mundo, se paralizaron todas las actividades del municipio a la misma hora que sepultaban en Moscú al fundador del Partido Bolchevique, y se plantó en esa localidad un olivo para perpe­tuar su memoria en una colina que desde entonces lleva su nombre y donde cada año se le rinde homenaje.

A 105 años del triunfo de la Re­volución de Octubre, el socialismo sigue siendo la opción de los traba­jadores del mundo, que a pesar de los reveses no ha podido ser venci­da. Continúa señalando el camino del futuro para la humanidad, y su construcción en esta tierra, guiada por las ideas de Lenin, Martí y Fidel, constituye la única vía de alcanzar toda la justicia para todos.

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