Mayra Caridad Herrero Palomo cierra los ojos y puede ver nítidamente al central Argeo Martínez, en la provincia de Guantánamo. Percibe la alegría del batey, el olor de la melaza, el ir y venir de los hombres y mujeres en plena labor; puede vislumbrar los camiones cargados de caña y escucha el pito del ingenio. “Es una añoranza que no te abandona”, me dice con la nostalgia reflejada en su rostro.
Allí nació cuando todavía era llamado central Esperanza; disfrutó las bondades del campo, del amor de su humilde familia, y también aprovechó las oportunidades de convertirse en una profesional. Como si estuviera escrito en su destino, estudió técnico medio en química azucarera. No fue impuesto. De su padre, Teodoro, quien se desempeñó en el ingenio como jefe del departamento de adjudicación de caña, nació en ella ese amor por una profesión a la cual se ha consagrado durante 50 años.
“Recuerdo que el 16 de enero de 1972 fue mi primer día de labor, estábamos en plena zafra. Empecé como calculista en el laboratorio, después como química de turno y posteriormente, jefa. Ahí estuve 29 años”, acota.
Mucho le debe en su aprendizaje a Nélida Sevillano, quien estaba al frente del laboratorio y con fraternidad le enseñó todo lo que sabía sobre un sector imprescindible en la economía cubana.
La apuesta por el sector
En el 2001, la familia comenzó a vivir en La Habana. “Mi esposo, Roberto Bertrán, también trabajador del sector, fue promovido para lo que es hoy la Empresa de Logística(AZUMAT). Yo me integré a la delegación del MINAZ en la antigua provincia de La Habana, para laborar en la sala de análisis.
“Luego de la división político administrativa, estuve entre los designados para formar la empresa azucarera de Mayabeque. Ahí estuve dos años, desde el 2011 al 2013, en que pasé a la Empresa de Ingeniería y Servicios Técnicos Azucareros (TECNOAZUCAR), siempre en control y análisis”, alega.
Ferviente defensora del sector, está consciente del reto que todos tienen para que se produzca el azúcar que precisa la economía del país, así como impulsar los productos derivados, en particular los destinados a la producción de alimento animal. Subraya que cada día hay que sobreponerse a la limitación de recursos y a las carencias derivadas del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba. En cada zafra eso se manifiesta.
Con satisfacción cuenta que, en la actualidad, el Argeo Martínez es el único central azucarero activo en la provincia de Guantánamo. Ahí está su historia, también la de su familia.
Hace poco, 79 trabajadores recibieron el Sello de Cincuentenarios, entre éstos se encontraban siete mujeres: Mayra fue una de ellas. Se emocionó, ha sido toda una vida consagrada de manera ininterrumpida en el sector.