“Solidaridad con Cuba y todos los pueblos que luchan. Unidos somos más fuertes en la lucha antiimperialista, junto con los movimientos sociales y populares, frente al capitalismo y sus políticas, a la amenaza del fascismo y la guerra; en defensa de la paz, el medio ambiente, los derechos de los trabajadores, la solidaridad y el socialismo”
El actual predominio del imperialismo impone un orden internacional injusto e insostenible, intensifica la explotación y empeora las condiciones de la clase obrera y de los pueblos, genera crecientes conflictos, antagonismos y guerras, y dificulta la solución de problemas globales, como la pandemia de la COVID-19, en la que países socialistas, históricamente, y Cuba hoy, en particular, con su sistema de salud pública y desarrollo científico, han afrontado con eficacia y donde se manifiesta la superioridad del socialismo. Los comunistas defendemos un nuevo orden mundial, basado en la abolición de la explotación del hombre por el hombre, las relaciones de beneficio mutuo entre estados y pueblos, la paz, el desarrollo sostenible para la satisfacción de las necesidades sociales, la justicia social y la solidaridad.
Como consecuencia de la creciente agresividad del imperialismo y de la recomposición geopolítica en curso, enfrentamos una nueva espiral de la carrera armamentista, el reforzamiento y expansión de la OTAN, la aparición de nuevas alianzas militares, la agudización de las tensiones y los conflictos militares, como el de Ucrania, el resurgimiento del fascismo en varias partes del mundo y la “guerra fría” y la amenaza de una conflagración nuclear, que debemos rechazar.
Denunciamos que la depredadora naturaleza del capitalismo conduce al incremento de la desigualdad, la polarización de la riqueza, la exclusión y los flujos migratorios; a la profundización de la crisis alimentaria, y a un agravamiento de la crisis ecológica, mientras nos aproximamos aceleradamente a un punto de “no retorno”.
El sistema político burgués, que defiende los intereses de los monopolios y corporaciones, gestiona la crisis sistémica del capitalismo en su beneficio, intenta controlar, mediante la presión y la violencia, el creciente descontento social de los trabajadores y de los pueblos.
El paulatino declive del poder de los Estados Unidos de América y sus aliados, como resultado de sus crisis internas y frente a sus competidores, ha reforzado el uso indiscriminado de las políticas de bloqueos y medidas coercitivas ilegales, de “doble rasero”, de amenazas e intervenciones militares, y de injerencia en los asuntos internos de los Estados. El imperialismo despliega un vasto arsenal de acciones de subversión en el marco de la guerra no convencional, entre las que sobresalen aquellas de carácter mediático, como herramientas de desestabilización y cambio de gobiernos que no se pliegan a sus intereses.
La batalla de la clase obrera mundial contra el sistema capitalista de explotación requiere, en primer lugar, la unidad del Movimiento Comunista y Obrero junto a los movimientos sociales y populares, campesinos e indígenas, para fortalecer la lucha de clases contra los planes burgueses e imperialistas y por la construcción de un mundo de paz, justicia y equidad social.
Frente a los intentos del imperialismo de contener la lucha de los trabajadores y de los pueblos y socavar la unidad y solidaridad de las fuerzas antimperialistas y revolucionarias, los Partidos Comunistas y Obreros, participantes en el XXII EIPCO en La Habana, acuerdan:
- Unir esfuerzos para reforzar la lucha contra el imperialismo, contribuir a transformar el actual orden internacional injusto y antidemocrático en el cual prevalecen los intereses capitalistas, por un orden internacional basado en la paz, el desarrollo sostenible, la justicia social y la solidaridad, para allanar el camino de la construcción de la sociedad socialista.
- Demandar el respeto a los principios de libre determinación de los pueblos, independencia, igualdad soberana, y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, así como al derecho legítimo de los pueblos a la paz y a elegir su propio camino de desarrollo.
- Rechazar categóricamente las guerras imperialistas, la amenaza y el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, y promover la lucha por la paz. Intensificar la acción y la solidaridad internacionalista, en defensa de los intereses comunes de los pueblos, contra las clases burguesas.
- Movilizar a las masas en la denuncia y rechazo a la carrera armamentista y a los enormes recortes de gastos sociales que ella provoca, a la existencia y modernización de las armas nucleares, a las bases militares extranjeras; contra la OTAN y su proyecto de ampliarse y convertirse en una organización militar global.
- Luchar contra el resurgimiento de fuerzas anticomunistas, reaccionarias, ultranacionalistas y fascistas, en diversas partes del mundo, que agudizan la violencia, la xenofobia, el racismo y la intolerancia política, ideológica, social, étnica, religiosa y de género, y promueven los conflictos étnico-nacionales.
- Fortalecer la solidaridad con los pueblos que resisten a las injerencias y agresiones del imperialismo y rechazar las políticas de bloqueos, sanciones, medidas coercitivas unilaterales y de doble rasero, como instrumentos de presión y chantaje contra gobiernos y pueblos.
- Defender y divulgar el marxismo y leninismo, enfrentar la ofensiva ideológica, cultural y simbólica del imperialismo, orientada a legitimar las injusticias del sistema capitalista, a descalificar el socialismo y el comunismo y erosionar o destruir la identidad cultural de nuestras naciones.
- Redoblar la lucha en favor de todas las causas justas y emancipadoras de los pueblos e incrementar la solidaridad con los trabajadores, campesinos, indígenas, organizaciones juveniles y femeninas, en defensa de sus derechos y en contra del capitalismo. Estar al lado de los refugiados y de las víctimas de las guerras.
- Elevar la denuncia y el combate contra el modelo de desarrollo basado en el beneficio capitalista que destruye el medio ambiente y pone en riesgo la supervivencia de los ecosistemas y de la especie humana.
- Cumplir el Plan de acción aprobado en el XXII Encuentro con el objetivo de fortalecer la unidad del Movimiento Comunista y Obrero Internacional, junto a los movimientos sociales y populares contra la dominación imperialista con el propósito de intensificar la lucha en defensa de los intereses de los trabajadores y los pueblos, por transformaciones revolucionarias para el derrocamiento del capitalismo y la construcción del Socialismo.
Con el esfuerzo articulado de la vanguardia de la clase obrera, junto a las organizaciones, fuerzas y movimientos sociales y populares, democráticas y por la emancipación de los derechos de las mujeres, seremos capaces de derrotar al capitalismo como sistema mundial dominante, destructivo y sin futuro y lograr una verdadera transformación revolucionaria.
Agradecemos al Partido Comunista de Cuba, a su gobierno revolucionario y a su pueblo, por su contribución en la organización del XXII EIPCO, y por la cálida acogida brindada a sus participantes.
Reafirmamos nuestra solidaridad y apoyo a la justa causa del pueblo cubano y a su lucha por el levantamiento inmediato e incondicional del injusto, criminal y recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero, al que ha estado sometido por más de 60 años y exigimos al gobierno estadounidense que saque a Cuba de la espuria lista de países patrocinadores del terrorismo.
Rendimos tributo al legado del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, que unido a las enseñanzas del General de Ejército Raúl Castro Ruz y a la generación continuadora, encabezada por el Primer Secretario del CC PCC y Presidente de la República de Cuba Miguel Díaz-Canel Bermúdez, constituyen una inspiración permanente para la lucha de los pueblos por su verdadera y definitiva emancipación, en el camino de la construcción de una sociedad socialista, independiente y solidaria.
¡Unidos en la lucha contra el imperialismo y el capitalismo!
¡Viva el Socialismo!
La Habana, 29 de octubre de 2022