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Capricho de Ian en el Capitán San Luis

Todos coinciden que cuando las tres torres sobrevivientes en los jardines del estadio Capitán San Luis se vinieron abajo por la fuerza del viento del huracán Ian parecía un temblor de tierra. Eran alrededor de las cinco de la mañana del 27 de septiembre y solo minutos más tarde, los compañeros de guardia en la instalación, se percataron del desastre.

 

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

Por suerte, en medio de tanta desgracia, el trío de soportes de concreto no cayó hacia dentro del terreno, sino que desparramaron sus moles de cemento y acero en los laterales detrás de la cerca. Solo el armazón de las luminarias cayó en el área de juego.

Julio Orestes Pozo, actual director del estadio y con más de 20 años en el centro, recuerda que nunca había visto un fenómeno como ese, que provocó la mayor catástrofe del lugar. “Tenemos que decir autocríticamente que no recogimos los colchones porque no esperábamos que fuera de esa gran dimensión.

 

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

Eso también se extendió a los zinc de las jaulas de bateo, las cuales también desaparecieron por la velocidad del viento. Una de las torres afectó la pizarra electrónica recién instalada, pero el Inder aseguró que hay para reponer, con el objetivo de que a mediados de noviembre puedan ser sede de la Liga Élite de Béisbol, como casa de los Tabacaleros.

Actualmente se está haciendo un estudio de todo lo que pudo provocar la caída de las torres y a su vez de las seis que están encima de los techos para precaver. Ya orientaron bajar todas las lámparas y se realizan acciones preventivas.

 

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

“Los colchones ya están recuperados y estamos en fase de chapea. Muchas glorias deportivas han venido a ayudarnos y también los compañeros de BioCubaFarma y la Universidad de Pinar del Río. El Capitán San Luis reverdecerá pronto”, concluyó Orestes Pozo.

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