Cualquiera pudiera pensar que los grupos de creación Confecciones Entaya y Jireh-Ebenezer, ambos del municipio de Camajuaní, que pertenecieron al Fondo Cubano de Bienes Culturales, al reconvertirse en Pequeñas o Medianas Empresas (Mipymes), cambiaron «de palo para rumba», como dice el refrán.
[row][column size=»1/2″ center=»no» class=»»] [/column] [column size=»1/2″ center=»no» class=»»] [/column][/row]
Lo cierto fue que reajustaron sus líneas productivas. Ello obedeció a estudios de mercados, posibilidades financieras de los clientes y necesidades puntuales; de ahí que ahora se dediquen a la elaboración de medios de protección.
De uniformes de presencia a overoles
La ropa de presencia y uniformes que elaboraba Confecciones Entaya era de excelencia y con altísima demanda por las entidades de mayor prestigio del país.
«Las restricciones económicas del sector estatal nos indicaron que había que dar un giro hacia otro segmento textil. Ese fue el de los medios de protección, pues para este asunto sí hay establecido un presupesto en las entidades», afirmó Juan Carlos Chávez, jefe de esta Mipyme que se dedica a la elaboración de diversos tipos de overoles .
«Son overoles con diferentes características, fundamentalmente para la Unión Eléctrica Nacional (UNE), incluye también piezas para otro personal no liniero», precisó.
Confecciones Entaya tiene como intención ser los proveedores de este medio de protección en el país. Han estudiado las características de cada overol, el tipo de tejido, el que tiene necesariamente que ser especial, antiestático y protector, 100% de algodón y de gramaje alto. Se confeccionan a partir de un modelaje difícil, con cintas de alta visibilidad; para ello cumplieron un riguroso protocolo: la acreditación del producto en la Comisión de Certificación del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
«Los primeros los usarán los linieros villaclareños, pero existe contrato con la UNE de Ciego de Ávila y Holguín. Llevamos a la par otra variedad de overoles de acuerdo al pedido y perfil de cada entidad que lo solicite», puntualizó.
Esta Mipyme además incursiona en la elaboración de otros implementos y accesorios útiles para trabajar como portafolios, mochilas y capas de agua. Con la recortería, que antes desechaban, confeccionan colchonetas para albergues de empresas y han establecido encadenamientos productivos con varias entidades .
Para las costureras emprender esta línea fue un reto que han asumido con mucha responsabilidad y siendo meticulosas con la calidad. «Además, debemos cumplir con los plazos acordados, eso es preservar el prestigio ganado, es respeto al cliente y a uno mismo», aseguraron estas obreras.
Haberse convertido en Mipymes les abrió muchos caminos. Según explicaron no acumulan cuentas por cobrar y pagar, las ventas totales ascienden a 36 millones 500 mil pesos de marzo a la fecha con un gasto de 15 millones y los precios son competitivos de acuerdo a la calidad y complejidad de los diseños.
Cuentan ya con 63 contratos entre ellos TabaCuba y Cítricos Jagüey y poseen un punto de venta minorista en el municipio.
Botas de PVC
La historia de Jireh-Ebenezer parte de la unión de tres trabajadores por cuenta propia dedicados a la confección de calzados en Camajuaní: Yuniel Carvajal González, Lisván Morales Velásquez e Iván Cintra Guerra.
Este trío decidió dedicarse a la producción de botas de policloruro de vinilo (PVC), sabían que era una necesidad y la demanda les ha dado la razón.
Este calzado, utilizado en industrias, frigoríficos, la agricultura y otras entidades laborales es de componente flexible, duradero, resistente al agua. Se elabora de diferentes colores y de porte o caña alta hasta la rodilla, porque protege más.
María Teresa Hernández Noda, especialista comercial, explicó que el incremento de la demanda implicó ampliar a dos turnos las jornadas hasta lograr 800 unidades diarias con sistemas de pagos establecidos a partir de los resultados.
Entre los clientes se encuentra el Grupo Empresarial de Logística de la Agricultura (Gelma) de Sancti Spíritus, Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) y Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS) dedicadas a la agricultura, empresas comercializadoras del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) y cuentan con un punto de venta a la población en la propia fábrica. Además elaboran chancletas plásticas.
Son 62 trabajadores, quienes han logrado dominar la tecnología y valorar adecuadamente la materia prima.
Mipymes sindicalizadas
Ambas Mipymes están sindicalizadas, en las dos se cumplen los presupuestos que establece el Código de Trabajo para este tipo de actor en nuestra economía como vacaciones, pago de la maternidad, certificados médicos, entre otras garantías. Han demostrado además, un espíritu solidario ante coyunturas excepcionales que ha vivido el país.