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“Los eléctricos somos de ley”

A casi un mes del paso del huracán Ian por el occidente de Cuba, hay muchos hombres que continúan trabajando en la recuperación del desastre que el evento meteorológico dejó a su paso, algunos que no borran de su retina las imágenes de la catástrofe y otros que aún leen las angustias del alma.

Foto: Norly García*

Kemel Díaz Ramírez, un ingeniero que toca con sus manos el “cuerpo” del tendido eléctrico y habla con la soledad y los pinareños, como buscando aliento para tanta gente desposeída de sus bienes, es de esos espirituanos que llegó a lo más occidental de Cuba casi bajo la lluvia y algún viento remanente de Ian.

“Se cuando llegamos, nos vamos al finalizar la recuperación”, dijo Kemel. Foto: Norly García

“En aquel primer impacto, se me `aguaban` los ojos al ver a tantas personas sin casas, recogiendo colchones, secando en el piso la ropa que habían podido salvar; los techos caídos, los campos arrasados, porque hasta la malanga estaba tumbada.

“Primero llegaron los eléctricos de Cienfuegos, después nosotros. Fue un viaje lento, ¡12 horas! desde Sancti Spíritus. Complicado porque todavía el tiempo estaba malo, lloviendo a intervalos, todo nublado… Tuvimos que pernoctar en Mayabeque aquella primera noche del paso de Ian, y seguir al amanecer.

“Llegamos por la tarde, nos recibieron, entramos a los albergues y seguimos a trabajar, recuerdo que ese día comenzamos a las cuatro y estuvimos hasta las 10 de la noche, como ya es habitual”.

Mi entrevistado tiene 34 años y no es la primera vez que se enfrenta a un desastre; es ingeniero eléctrico del Departamento de Proyectos de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Inversiones, de Sancti Spíritus; sus conocimientos sobre construcción de redes y las normas técnicas lo hacen imprescindible a la hora de constituir un contingente con trabajadores eléctricos paraapoyar la reconstrucción de “los tendidos que estaban en el suelo.

“Cuando nos convocaron, solo preguntamos ¿cuándo salimos? Preparé la mochila con ropa, botas, mis artículos personales, además de sábanas, toallas y el aseo, que no fueron necesarios porque estaban garantizados desde la llegada. Los equipos especializados se trajeron en rastras, por eso fue tan lento el viaje.

“Nos asignaron la rehabilitación de las redes; hay un avance evidente en cada municipio, perdí la cuenta de los lugares donde hemos trabajado. Satisface ver los rostros de la gente cuando conectamos cada circuito; por las noches, antes de dormir trazamos las estrategias para el día siguiente”.

Evelio: “Si vuelvo a nacer, seré liniero”. Foto: Norly García

Para Evelio Castillo Molina, quien lleva casi una vida en los trajines de la electricidad, “ha sido una experiencia dura: como esta ninguna, nunca vi tanto daño, el desastre que ha dejado Ian a su paso por estas provincias del occidente es muy grande, aun así, la gente nos recibe con cariño en cada lugar y nosotros tratamos de ser recíprocos con ellos, de llevarle nuestro aliento”.

Generalmente, Evelio anda por las alturas, subido por el carro cesto para trabajar en el alumbrado público, mas quien sabe ahora cuántas tareas ha tenido que asumir desde su puesto de jefe de brigada (por 20 años ya) en trabajos de tanto riesgos como los que ejecutan en Pinar del Río.

Desde Yaguajay, al norte de la provincia de Sancti Spíritus Evelio llegó a Pinar del Río. Le hablo de la peligrosidad, del trabajo de noche, de los mitos y realidades que acogen a los de su sector, pero su voz es firme, suave: “Si muero y vuelvo a nacer seguiré siendo liniero; soy especialista en líneas calientes. Vivo enamorado de este oficio, tanto como de mi señora”.

Ríe, y deja escapar: “trabajamos protegiéndonos, tan natural como sentarnos a la mesa a almorzar”.

Y suelta la anécdota de los dos meses que pasó por aquel lugar nombrado Crucero Maceo, en Holguín, donde una tormenta local destruyó todo lo que había en términos de electricidad y tuvieron que hacerlo nuevo. “Los eléctricos somos de ley”.

 

 

 

Eléctricos espirituanos en la recuperación de redes eléctricas dañadas por Ian. Foto: Norly García

 

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*Norly García es un amigo, a quien he seguido desde los primeros movimientos que hicieron hacia Pinar del Río; ha sido “mi corresponsal y fotógrafo”, y lo seguirá haciendo por su bondad y el amor que profesa a la labor de los eléctricos, a la suya; y le agradezco públicamente.

 

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