Acompañado de algunas lluvias, chubascos, tormentas eléctricas, llegó al occidente cubano el primer frente frío de la temporada invernal 2022-2023.
Luego de avanzar por el Golfo de México precedido de una vaguada, el evento meteorológico trae consigo -en esta ocasión- un ligero cambio en las condiciones del tiempo que paulatinamente irán extendiéndose por la estrecha y alargada geografía del archipiélago cubano.
Nuestros abuelos le llamaban “norte” a tal situación que algunos la aprovechan para remover los escaparates y sacar abrigos, chaquetas o camisas de mangas largas y así mitigar la temperatura fresca que con la intensidad del viento se hace sentir más a flor de piel.
A esas personas los cubanos le otorgan el calificativo de “friolentos”, una denominación jocosa que le sueltan aquellos que se resisten a ponerse tales prendas de vestir y desafían las nuevas temperaturas del cambio de tiempo.
Una frase muy popular indica cuando hay un notable descenso en los termómetros al escucharse de boca en boca la expresión “chifló el mono”.
No han sido pocas las ocasiones y una de ellas –la más prominente hasta el momento- aconteció en el poblado de Bainoa, en la provincia de Mayabeque, al este de la capital del país, con un récord de 0.6 grados Celsius, el 18 de febrero de 1996.
Comienza la etapa invernal la cual suele intensificarse en enero y febrero. Los que prefieren esta época del año se sienten de plácemes.
Sin embargo, no faltará en algún momento la oportunidad para todo el que desee darse un chapuzón en una playa o tomar el sol porque a pesar de “nortes” o frentes fríos Cuba no deja de ser un eterno verano.
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