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Una salud pública de calidad y para todos

“Hagamos todo lo posible por mejorar la salud de las personas y el planeta, todos juntos disponemos de los recursos y los conocimientos para lograrlo, aprovechemos esas fortalezas y no permitamos que la ambición de unos pocos siga poniendo en riesgo la vida de todos”, afirmó el Ministro de Salud, doctor José Ángel Portal Miranda, al pronunciar una conferencia magistral en la Convención Internacional Cuba Salud 2022, inaugurada la víspera en el Palacio de Convenciones.

 

Foto: Alejandro Acosta Hechavarría

Con la presencia de José Moya, representante de la OMS en Cuba, y directivos de otros organismos internacionales, además de los casi dos mil participantes, en representación de más de 60 naciones, Portal Miranda abordó el Sistema Nacional de Salud en Cuba, retos y desafíos en el contexto pos-COVID-19.

Ofreció una amplia panorámica del sistema sanitario desde principio del siglo XIX, antes y durante del triunfo de la Revolución Cubana, cuando realmente se creó un sistema de salud coherente, conformado por una red de instituciones organizadas en tres niveles de atención, universidades de ciencias médicas y centros de investigación.

Entre las fechas más importantes del desarrollo del sistema nacional de salud, mencionó que en 1962 se implementó el sistema de vacunación, “un programa sin precedentes”, que permitió eliminar un grupo de enfermedades.

 

Foto: Alejandro Acosta Hechavarría

De igual manera, en 1963 comenzó la ayuda solidaria de Cuba a otras naciones, con la presencia de una brigada médica en Argelia. En 1970 se puso en práctica un modelo de medicina de corte preventivo, con servicios desde la comunidad, y en 1980 nació el Programa de Medicina Familiar, que trajo consigo la formación masiva de estudiantes de Ciencias Médicas y la creación de nuevas facultades y escuelas de formación técnica.

Con la llegada de los años 90 -agregó- se incorporaron y desarrollaron las altas tecnologías, como es el caso de la trasplantología y nuevas especialidades médicas. A partir del 2000, se desarrollaron las tecnologías de punta y se perfeccionaron determinadas especialidades.

El Ministro comentó algunas de las fortalezas del sistema nacional de salud pública, entre las cuales sobresale que el país cuenta con 9.2 médicos por cada mil habitantes, más de 400 mil trabajadores, 150 hospitales, 450 policlínicos, más de 11 mil consultorios del médico y la enfermera, y 158 hogares de ancianos.

 

Foto: Alejandro Acosta Hechavarría

La población envejecida en Cuba supera el 21,6 %, indicador similar al que presentan los países desarrollados, y las principales causas de muerte se asocian a enfermedades no transmisibles. La mortalidad infantil oscila entre 4 y 7 por cada mil nacidos vivos en los últimos diez años.

Hoy se aplican en Cuba 13 vacunas, 8 de ellas de producción nacional, lo cual ha permitido eliminar 6 enfermedades.

Sobre la colaboración médica, señaló que la Mayor de las Antillas ha estado presente en 164 naciones, y en la actualidad 24 mil colaboradores comparten su experiencia en 57 países.

Al abordar el tema de la COVID-19, destacó el enorme desafío que trajo consigo la pandemia, la cual demostró la debilidad de muchos sistemas sanitarios.

Subrayó que Cuba la afrontó con responsabilidad, a pesar de sufrir las consecuencias del bloqueo imperialista.

La llegada al territorio de la enfermedad no nos tocó por sorpresa, manifestó, pues desde enero del 2020 se adoptaron las medidas necesarias para minimizar los riesgos y el 30 de enero de ese año se aprobó el Plan Nacional para enfrentar la situación. Asimismo, desde muy temprano se creó un grupo técnico, puntal para evitar que las personas se enfermaran, agravaran y fallecieran.

Esenciales fueron también la búsqueda constante de casos, la atención a los pacientes vulnerables y la participación de toda la comunidad, enfatizó Portal Miranda.

Comentó que se aplicaron más de 14 millones de pruebas diagnósticas y más de 42 millones de dosis de vacunas, en tanto el  99, 2 % de los casos que padecieron la enfermedad se recuperaron.

Creatividad, perseverancia e integralidad caracterizaron el enfrentamiento a la COVID-19 en el país.

De igual manera, destacó la valía de la aplicación de la ciencia y la innovación en este combate, con la creación de 5 candidatos vacunales, de los cuales 3 se convirtieron en vacunas.

“Aprender a vivir con la enfermedad y, a la vez, no detener el desarrollo de nuestros sistemas sanitarios son retos que debemos asumir con inteligencia y responsabilidad”, acotó.

Hizo un llamado a trabajar de forma mancomunada en temas vitales como el fomento de nuevas formas de promoción de salud y prevención de enfermedades que incluyan todo el ciclo de la vida, disminuir los factores de riesgo; mejorar la vigilancia en salud;  ampliar los esquemas de vacunación, formar profesionales cada vez más preparados y comprometidos con la vida e impulsar la digitalización y la ciencia.

“Tengamos en cuenta que en el actual contexto mundial resulta cada vez más urgente fortalecer la participación comunitaria en las acciones de salud y los sistemas de salud de forma integral, lograr mayor cobertura y acceso a los medicamentos esenciales, en especial a las vacunas, afrontar detenidamente los factores sociales, y eliminar las enormes desigualdades que hoy imperan en el mundo.

Foto: Alejandro Acosta Hechavarría

“Si algo nos dejó claro la terrible epidemia provocada por la COVID-19, fue la necesidad de priorizar los sistemas de salud, potenciar la ciencia, lograr soberanía tecnológica y contar con recursos humanos preparados, competentes y consagrados. Avanzar en esos propósitos no solo es una cuestión médica, también requiere de un abordaje político urgente.

“Cuba ha demostrado que sabe cómo llevar adelante esos preceptos, nuestro sistema nacional de salud perfila su presente y futuro desarrollo basado en los principios de la ciencia y los preceptos que la medicina moderna hoy demanda.

“Los nuevos proyectos que asumimos, como parte de la agenda sanitaria aprobada en el país, busca dar respuesta al Programa Nacional de Desarrollo Económico y Social 2030, cuyas metas nos conducen a seguir avanzando en el cumplimiento en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, desde la concepción de la igualdad social que defendemos en Cuba.

“Tenemos la certeza que son muchas las batallas que deben ser libradas aún en pos de la salud y de la vida, así como múltiples las estrategias a asumir y las acciones por compartir si queremos de verdad llegar al año 2030 con los indicadores sanitarios que la humanidad necesita”, sentenció.

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