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Italia: ¿Radicales con cautela?

El partido ultraderechista Hermanos de Italia que liderea Giorgia Meloni (45 años) resultó el más votado en las legislativas que recientemente tuvieron lugar de la nación europea y ella resultó electa como primera ministra con el apoyo del 42 % de los votantes. Semejante victoria garantiza que la llamada tercera economía de Europa sea gobernada por fuerzas en las que no pocos identifican el ADN fascista de Benito Mussolini.

El triunfo de Meloni fue compartido, deberá gobernar en coalición con quienes le apoyaron: la Liga, de Matteo Salvini (49 años), y Forza Italia, del expremier y magnate, Silvio Berlusconi (85 años). Vale recordar que Salvini, apodado “el capitán”, fue quien cerró los puertos a los barcos de inmigrantes durante su estancia como ministro del Interior en el 2018.

 

Giorgia Meloni, primera ministra de Italia. Foto: Andreas Solaro

 

Durante estos comicios entraron en vigor algunos cambios en la ley electoral de una nación que no contempla el voto como obligación. Por primera vez los 50 millones de electores (poco más de 4 millones en el exterior), conformaron desde sus boletas un Parlamento aligerado en su estructura, de las 900 curules que tenía quedó con 400 diputados y 200 senadores.

Otra novedad fue igualar la edad requerida para votar por senadores y diputados. Antes se exigía tener 25 años para elegir a los primeros, mientras que para los segundos bastaba haber cumplido los 18 años, límite que se fija para todo.

Observadores locales han explicado que el vertiginoso ascenso de Meloni se debe, en buena parte, a que fue la única que se opuso por 18 meses al gobierno saliente del economista Mario Draghi, lo que le favoreció de cara al descontento popular ante la galopante inflación, la guerra y las restricciones por la pandemia.

Georgia ha prometido recortar impuestos, bloquear la entrada de los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo, aplicar una política familiar que busca elevar la tasa de natalidad de uno de los países con más envejecidos del mundo, y luchar contra los grupos de presión homosexual y las teorías de género. Se identifica con el lema: Dios, Patria y Familia.

A unos días de conocerse el resultado electoral, la Unión de Sindicato Base (USB) convocó a sus afiliados a congregarse y protestar frente a las sedes de empresas como Caja de Depósitos y Préstamos del Estado, en ciudades como Roma, Milán, Nápoles, Turín, Florencia, Vicenza, Trieste, Bolonia, Livorno, Pisa, Spoleto, Taranto y Caglila. La acción saludaba el aniversario 77 de la creación de la Federación Sindical Mundial y también fue propicia para expresar el descontento de los trabajadores frente a la actitud de las compañías públicas “que en esta crisis se están enriqueciendo como nunca antes”.

 

Las movilizaciones del pasado 3 de octubre denunciaron el aumento excesivo de las facturas de electricidad y gas. Foto: Tomada del sitio de la Unión de Sindicato Base

 

Los directivos de USB anunciaron además que denunciarían ante la Fiscalía de Roma “a las empresas que comercian con el gas, la electricidad y los productos petrolíferos en perjuicio de la colectividad, especulando con las diferencias entre lo que han pagado por las materias primas y el precio al que nos las revenden”, explicaron en un comunicado.

La mayor asociación de consumidores de Italia, Codacons, advirtió que partir de octubre se corre el riesgo de que se “dupliquen las facturas” del gas y de que se produzca “un aumento inaudito de los costes de la electricidad, ya que el precio medio nacional único alcanza los 300 euros por megavatio/hora para un gasto anual que aumentará un 178 % en dos años”.

Codacons ha citado un estudio de Instituto de Investigación Medioambiental y Formación del Consumidor (IRCAF) que asegura que “si se suman las facturas de gas y energía de 2022, el coste anual de la familia tipo es de 3 mil 454,5 euros”, por lo que puso en marcha la iniciativa Pagaremos en cuanto podamos, mediante la cual los consumidores deberían poder comunicarse con las compañías suministradoras para pagar sólo el 20 % del importe de la factura, debido a la imposibilidad de asumir el importe total de las facturas incrementadas.

Otros, en cambio, son más radicales y enarbolan el lema No Pagamos. En apenas unos días han conseguido el apoyo de más de 11 mil miembros y pretenden alcanzar un millón: “Si somos ignorados, el 30 de noviembre suspenderemos el pago de todas las facturas”, dice el sitio web del movimiento.

Mientras tanto, el sindicato USB ha convocado a otra movilización nacional para el venidero 12 de octubre “para defender los salarios de la inflación, porque no pagamos sus crisis y sus guerras”. El activismo militante no hace feliz a Meloni ni a su Gobierno, pero hasta el momento han actuado con cautela.

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