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LA GUAGUA: Nos roban nuestros problemas y errores (II Parte y final)

En el último trayecto dominical de LA GUAGUA: Nos roban nuestros problemas y errores (I Parte) abordamos la presente situación. provocada artificialmente, de prolongada carestía generalizada en la cual los adversarikos causaron problemas que pueden inducir o no a más o menos errores y deficiencias.

 

 

 

Aunque pudiera parecer un simple asunto semántico, que no lo es porque son dos vocablos con significados diferentes, disfrazaron de embargo lo que es realmente una guerra económica que clasifica como bloqueo económico, comercial y financiero.

No nos engañemos: en una medida que no pretendemos determinar a bordo de esta Guagua, sí consiguieron el propósito de que hasta amigos de Cuba opuestos al bloqueo, se pronuncian por condenar y exigir el levantamiento del “embargo”.

Siguiendo ese hilo conductor de desconocer que la Revolución estuvo siempre dispuesta a resarcir a los dueños de las propiedades nacionalizadas, han repetido incesantemente por todos los canales que el embargo es una medida porque Cuba se niega a pagar esos bienes, y sin pausa agregan que también rechaza pagar sus deudas, razón por la cual nadie le quiere vender.

En medio de tales confusiones introducen que el bloqueo no existe y atribuyen las causas de absolutamente todas las carencias a la gestión de dirección de las empresas, los ministerios y el país en general, acusación que intensifican cuando alguien reconoce que hay que ser más eficientes y no cometer errores.

Como si nadie en el Capitalismo fuera ineficaz e ineficiente, y todos resultaran infalibles y ninguna empresa entrara en quiebra, ofrecen la solución después de crear las dificultades:

El cambio de régimen.

Y en escenarios concretos, se roban problemas puntuales como los apagones y la falta de agua para erigirse como defensores de los ciudadanos, al exigir al gobierno que no corte la electricidad y garantice el suministro del vital líquido.

No importa el origen de los desastres, pues aunque sean ocasionados por un huracán, también se apoderan de ellos para usarlos como instrumento de agresión y hasta le atribuyen a esos fenómenos naturales ser castigos divinos.

La táctica consiste en que una vez adueñados del problema, exigir soluciones haciendo invisibles las acciones para resolverlos, y en las ocasiones en que pueden ser percibidos, entonces apelan a acusar de lentos por desidia a quienes trabajan en la recuperación.

 

En resumen: Interminable es el arsenal de recursos para agredir una vez que se han apropiado de un problema o deficiencia, pero lo que no podemos permitir es que entorpezcan las soluciones ni se adueñen del derecho de resolverlos.

Por hoy, hacemos un alto en el camino, pero en otra ocasión emprenderemos en esta Guagua un trayecto en el cual debatiremos sobre cómo evitar que nos roben las dificultades que por derecho propio tenemos que enmendar.

 

Las Guaguas ya pasadas pueden recuperarse desde aquí

 

En una reunión con trabajadores de la Cooperativa de Ómnibus Aliados en La Habana, el 30 de marzo de 1959, Fidel dijo: «Ustedes saben que uno de los lugares donde más se discute de política, de revolución, de economía y de todo, es en el ómnibus, ¿no? Es como una plaza pública el ómnibus, es como una mesa redonda; un ómnibus es como una mesa redonda permanente, donde todo el que sube opina. (…) a veces pregunto qué se habla en los ómnibus, para enterarme de cómo andan las cosas.»
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