Con más de tres meses de entrenamiento por Europa y una nómina final de 11 nombres Cuba llegará al campeonato mundial de judo en Tashkent, Uzbekistán (6 al 13 de octubre), con dos objetivos visibles: recuperar podios que les fueron esquivos en Budapest 2021 por vez primera en 34 años y acumular la mayor cantidad de puntos para el ranking olímpico que ya inició su compilación.
Liderada por Idalis Ortiz, cuatro veces medallista olímpica y ocho veces laureada en citas universales (2-2-4), los conjuntos femenino y masculino enfrentarán una justa que hasta este fin de semana ya tenían aseguradas inscripciones 87 naciones y 584 atletas, en tanto las divisiones más numerosas estaban en los 70 kilogramos entre las damas y 73 kilogramos en el apartado masculino.
Sobre las posibilidades de subir al tatami y agarrar medallas vuelve a sobresalir Idalis, quien al decir de Yordanis Arencibia, jefe del colectivo de entrenadores de la selección femenina, ha realizado una preparación muy buena en el Viejo Continente y se siente muy motivada por alcanzar su novena presea en estas justas e igualar los tres títulos de una leyenda del judo cubano, Driulis González.
Las muchachas que le acompañan conocen bien estos eventos mundialistas, pues al menos en una ocasión han estado, incluso Kaliema Antomarchi suma un bronce en el 2017 y Maylín del Toro (63 kg) estuvo peleando ese metal con un quinto puesto final en el 2018 como su mejor desempeño.
En ellas tres descansan las mejores opciones de galardones de la tropa, sin que descartemos a Melissa Hurtado (52 kg) y Arnaes Odelín (57 kg), muy sacrificadas en los entrenamientos y con progresos notables en sus categorías. Todas miran hacia los Juegos Olímpicos de París 2024 y una actuación buena aquí las apuntala con fuerza.
Los hombres quieren aportar
Si bien el balance histórico en citas del orbe favorece a nuestras damas (16-16-29) por (2-6-9) de los caballeros, el panorama para este venidero campeonato pudiera dejar una o dos preseas al conjunto que dirige Julio Alderete, quien está consciente de que sus muchachos tienen condiciones para “explotar” con una buena faena.
Iván Silva (90 kg) con su plata en el 2018 y los mejores resultados en Grand Slam y Grand Prix del último quinquenio es el abanderado de esta tropa y marcha tercero en el ranking en su división, lo cual permitirá ser cabeza de una de las llaves y tener quizás un camino menos complicado para pelear por otra medalla. No obstante, ningún rival en estas instancias es fácil. Y bien lo sabe Silva.
Los campeones panamericanos Magdiel Estrada (73 kg) y Andy Granda (+ 100 kg) son otros candidatos a asaltar podios o acercarse a ellos. Mucha concentración en pos de superar lo que han hecho hasta el momento en estas lides deberán mostrar ambos matanceros, pues Magdiel estará en su octavo campeonato a este nivel, mientras Andy concurre a su quinta presentación.
Tres jóvenes completan las opciones de Cuba: Omar Cruz León (+ 100 kg), Danny Porte Valdiviezo (60 kg) y Orlando Polanco (66 kg). En el caso del primero, su plata mundial juvenil le valió esta oportunidad que aprovechará seguramente para aprender. En el caso de los otros dos, sus divisiones siempre acaparan una enconada porfía entre europeos y asiáticos, pero Polanco ha enseñado credenciales como para incluirse entre los siete primeros.
Desde el 2015 no celebramos un título y las tres posibilidades de lograrlo han recaído en Idalis (2018 y 2019) e Iván (2018), mientras cuatro bronces completan el medallero de los últimos siete años. Causas objetivas y subjetivas son conocidas de sobra, pero lo cierto es que nuestros judocas están ya Tashkent por recuperar esa confianza que siempre hemos tenido en ellos desde aquella primera medalla de bronce de Héctor Rodríguez en 1973, en Lausana.
Los ippones de cada uno de ellos este 2022 serán el sello final de este comentario.