La Central de Trabajadores de Cuba y sus Sindicatos Nacionales enviaron un mensaje de felicitación a los máximos dirigentes de la Federación Sindical Mundial (FSM) —Mzwandile Michael Makwayiba y Pambis Kyriysis, presidente y secretario general respectivamente— en ocasión del aniversario 77 de la fundación de la organización.
El momento es propicio para llamar a las organizaciones afiliadas y amigas a mantenernos movilizados en todos los espacios de lucha, asegura el texto. Sobre el actual escenario internacional, “de guerras imperialistas y reorganización de las fuerzas neofascistas”, opina que es preciso “fortalecer la unidad de acción del movimiento sindical en defensa de los derechos y reivindicaciones de los trabajadores”.
La Central y los Sindicatos cubanos ratificaron su “voluntad de seguir trabajando en pos de los acuerdos del histórico 18.º Congreso de la FSM y, por esa vía, consolidar el liderazgo que nos corresponde como sindicato clasista, unitario, democrático, moderno e independiente”.
La misiva advierte además que “el mundo sufre las consecuencias de la intensificación de las rivalidades políticas, económicas y militares. Los poderosos pretenden seguir adueñándose de los recursos económicos de nuestro planeta. En ese contexto, estamos convocados a articular la capacidad de lucha del movimiento sindical internacional”.
La permanente actitud solidaria de la FSM, así como la sistemática condena al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos son gestos que las autoridades sindicales de la nación caribeña agradecen: “Cuba, en resistencia creativa, continuará abonando el camino de la amistad, la solidaridad, la hermandad y cooperación en defensa de los derechos y reivindicaciones de los trabajadores y del movimiento sindical internacional”.
La Mayor de las Antillas fue una de las 55 naciones que participaron de la fundación de esta organización el 3 de octubre de 1945, en París, Francia, en el contexto del Primer Congreso, evento precedido por una Conferencia que sesionó en Londres, entre el 6 y el 17 de febrero de ese mismo año, presidida por los representantes del TUC Británico; del Congreso de Organizaciones Profesionales (CIO), de Estados Unidos; y del Consejo Central de Sindicatos de la URSS.
Durante aquellas tempranas sesiones en tierra inglesa quedó claro el compromiso de la naciente organización con la paz mundial y el bienestar de los trabajadores. “Hacemos un llamamiento a los hombres y mujeres de buena voluntad para invitarlos a que se consagren a la construcción de un mundo mejor y, para ello, sacrificarse como se sacrificaron para ganar la guerra”, asegura el texto firmado en esa ocasión.
Tras la derrota del fascismo y el fin de la II Guerra Mundial, “los trabajadores y las fuerzas democráticas vieron un futuro libre del imperialismo y del colonialismo, en el que la libertad, la paz, la democracia y la prosperidad progresarían por el bien de toda la humanidad”.
En ese espíritu nació la FSM, pero muy pronto comenzó a padecer de fracturas estructurales debido a la falta de unidad ideológica y política. Surgieron otras organizaciones, y solo permanecieron fieles aquellos que verdaderamente identifican al capital como el enemigo común de la clase obrera, y a la lucha sindical como el espacio reivindicador de los intereses de las grandes masas de trabajadores.
La CTC acudió también al Segundo Congreso, efectuado en Milán (del 29 de junio al 4 de julio de 1949) y fue representada por Lázaro Peña. Desde entonces, Cuba ocupa una de las vicepresidencias de la FSM y, en las últimas décadas, ha hospedado la sede de la Oficina Regional para América Latina y del Caribe, encabezada actualmente por Ernesto Freire Cazañas, dirigente sindical cubano de larga data.