Esta vez no traemos a bordo comentarios digitales identificados con sus autores como otras ocasiones, ni tampoco aludiremos a palabras de familiares, amigos, vecinos, conocidos ni interlocutores ocasionales.
Son expresiones escuchadas desde cuando no existía Internet, aunque desde su entrada a Cuba se han extendido entre la realidad real y la virtual con insignificantes espacios donde aparentemente no hay relación entre uno y lo otro.
Se basan en la misma lógica del carterista que en su huida grita: ¡Atrapen al ladrón! Y logra atraer otras personas que emprenden la carrera junto con él, mientras otros miran sin entender la situación porque no ven a nadie delante de los perseguidores.
La primera condición para aplicar ese procedimiento fue:
Causar todo tipo de dificultades hasta que faltara desde lo más elemental como una aspirina y un tornillo, hasta medicinas de las cuales depende la vida de una persona y piezas cuya falta paralizan las más importantes industrias.
En más de 60 años han logrado ir desgastándolo todo mientras del otro lado han ido desarrollando una capacidad de adaptación para resolver los problemas o resistir, pero existen límites que al traspasarse van creando nuevos escenarios sin lograr la victoria por una parte ni la derrota de la otra.
Todos los cubanos, tanto los que salieron del país como los que se quedaron, están demostrando desde donde quiera que estén, su capacidad de resiliencia ante las presiones que ejerce el gobierno de la nación más rica del planeta.
Si bien no han logrado el objetivo al que llaman cambio de régimen, no podemos cerrar los ojos y mucho menos el entendimiento para apreciar que dada la magnitud del poderío del adversario, es imposible escapar a sus acciones dañinas.
Durante estos momentos de crisis energética y efectos sostenidos de problemas acumulados hay que reconocer que han logrado los objetivos de causar todo género de penurias mediante una guerra económica para impedir suministros de todo tipo desde el exterior.
En ese escenario han estado obteniendo un triunfo tras otro cortando u obstaculizando el comercio de Cuba con terceros países, y es innegable que dentro del país también están dando pasos para provocar el apoyo que reconocen como existente al gobierno que conduce a la sociedad al Socialismo.
Dentro de este contexto en la mayoría de las veces ha habido que tomar decisiones muy alejadas de ser soluciones ideales, sino en un estrecho margen de las posibles, con enormes tensiones que pueden influir en errores además de los desaciertos propios de los humanos.
Esas son oportunidades que aprovechan para robarse los problemas y apoderarse de posiciones desde las cuales exigen soluciones de forma tal que dan la impresión de respaldar y ser voz representativa de todas las personas que están padeciendo necesidades causadas artificialmente con un apagón de suministros.
En resumen: Nuestros problemas son nuestros, no de quienes los crean, también lo son nuestros errores y deficiencias, pero debemos estar alertas para que no nos arrebaten nuestro derecho a resolver esos problemas, rectificar para corregir los errores y ser más eficientes.
Sería una ingenuidad impagable de quien pretenda compartir la responsabilidad de la búsqueda de soluciones con la ayuda de quien ha estado más de 60 años creando los problemas.
El trayecto de esta Guagua no ha concluido. El viaje continuará el próximo miércoles.
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