La rudeza de los trabajadores de Acinox-Las Tunas, forjada en el difícil proceso de elaboración del acero, de palanquillas… contrasta con la nobleza de sus corazones puesta de manifiesto, otra vez, con el más reciente donativo realizado al hospital general docente Doctor Ernesto Guevara de la Serna, la instalación sanitaria más importante de la oriental provincia de Las Tunas.
Una representación del colectivo metalúrgico llegó a la institución médica con 50 cuneros, estos regalados; y, porta sueros y escabeles vendidos a precio de costo, integrados a una entrega altamente codiciada, porque suple déficits de estos importantes medios y sustituye sus importaciones desde un mercado lejano y con altos precios, apostilló la doctora Marianela Zapata, directora del hospital.
Con la alegría y el optimismo que generan la solución del delicado problema, sugirió generalizar estas producciones y “ya veo a Acinox fabricándolos para todo el país, porque son de mucha utilidad y no les envidian nada a los que se importan”, exaltó emocionada la galena.
“La buena atención a las madres y a los niños, en tiempos que acusan un alza en la natalidad desde el pasado mes de julio, estaba muy comprometida por la poca existencia de cuneros y ahora todo será más fácil”, aseveró la licenciada Mariela Camejo Martínez, especialista en cuidados intensivos y jefa de enfermeras del hospital.
Su regocijo está justificado: “Ahora, dice, termina el tiempo que llevamos pasando trabajo, de estar contando y contando cuneros porque no alcanzaban para todos los niños y, en ocasiones, tuvimos que poner a los bebés con las madres, que aunque tiene sus ventajas es peligroso y, entonces, las enfermeras y los supervisores no tenían un momento de sosiego detrás de las madres para disminuir el riesgo de accidentes que pueden ser fatales”.
En la ceremonia de entrega, Heraldo González Arias, director general de la Empresa de Aceros Inoxidables Acinox-Las Tunas, recordó que tras la solicitud hecha por la dirección del hospital, los especialistas y trabajadores asumieron la tarea como un desafío más y se propusieron hacer este regalo (los cuneros) como un tanto a favor de la niñez y las familias tuneras, y como un aporte al estímulo que reclama la natalidad en Cuba y en el territorio, uno de los más envejecidos del país.
Tanto Heraldo como sus compañeros que lo acompañaron demostraron la satisfacción por haber materializado la solicitud hecha y por el regocijo que causaron en los trabajadores del hospital exaltado en el acto de recibimiento, que denota el interés colectivo por mejorar la prestación de estos servicios seriamente afectados por la escasez de algunos insumos y recursos causados por el criminal bloqueo de los Estados Unidos con tremendo impacto en la economía nacional y agravado por los más de dos años de enfrentamiento a la Covid-19.