Este domingo hemos sido parte del nacimiento de una tradición en el Palacio de los Capitanes Generales, sede del Museo de la Ciudad, espacio donde Eusebio Leal Spengler, Héroe del Trabajo de la República, cultivó su pasión por Cuba y creció como historiador y político.
Autoridades del país y de la urbe, colaboradores y discípulos, seguidores y admiradores, deudores y amigos, decidieron reunirse allí cada 11 de septiembre, día del onomástico del Historiador, para rendirle honores al “eterno novio de La Habana”.
“Es un deber de gratitud”, dijo Magda Resik, directora de Comunicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), al comenzar el acto solemne en el abarrotado patio interior del emblemático edificio del Centro Histórico.
El acto sirvió de contexto a la presentación del libro Hay que creer en Cuba, compilación de entrevistas a Leal realizadas por Resik, con el cual se inicia la colección El Historiador, de la Editorial Boloña, cuyo propósito es publicar el vasto legado de Leal que atesoran la Oficina y otras instituciones en diversos formatos.
“La Habana siempre agradecerá a Leal, aseguró Magda, así será cada vez que hagamos algo bueno por ella o por el patrimonio de Cuba. Por eso tenemos aquí representantes de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de todo el país, modelo de gestión creado por él y bendecido por patrimonialistas de todo el mundo”.
El clímax emotivo de la ceremonia lo tuvieron Annie Garcés y la Banda Nacional de Conciertos, al interpretar Por quien merece amor, de Silvio Rodríguez, presente en el público junto a otras personalidades, como Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político y presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
La presencia del cantautor fue calificada por el comité organizador como un regalo a Leal en su cumpleaños. “Esta es una de esas escasísimas ocasiones en que me paro frente a un micrófono sin guitarra”, reconoció Silvio Rodríguez al hacer uso de la palabra. Recomendó la lectura de Hay que creer en Cuba, “texto que tiene profundidades”, y citó varios fragmentos que dibujan al Historiador como un hombre desprejuiciado, comprometido con los mejores valores éticos de su generación y de Cuba.
El músico y poeta concluyó con la lectura de Ciudad, tema que compuso a propósito del aniversario 500 de La Habana y dedicó al amigo entrañable. En sus versos canta a “una veterana ciudad, una sobreviviente del salitre, del sol, de la edad y de su propia gente”.
“Eusebio Leal entró a estos muros con apenas 16 años. No se ha ido aún, vive y trabaja con nosotros”, dijo Michael González, director de Patrimonio Cultural de la OHCH, en su discurso final, e invitó a visitar la muestra Identidad y Cubanía, que exhibe el Museo de la Ciudad, en la sala anexa al despacho de Emilio Roig de Leuchsenring.
Afuera, en la calle de Madera, aguardaban los niños de La Colmenita para compartir arte y alegría. Horas más tarde los músicos también mostraron su gratitud en un concierto que representó la vuelta a la vida cultural del teatro Martí y el cierre de intensas jornadas de actividades por el aniversario 80 del natalicio del eterno Historiador de La Habana.