El Músico-Comandante no precisa de fechas en el calendario para hacerse presente. Su actitud de vida, de combate y de victoria va en el espíritu de la mayoría del pueblo cubano y su lección de resistencia nos acompaña cotidianamente: Aquí no se rinde nadie.
Este 11 de septiembre, a 13 años de su partida física, se agigantan sus palabras y el Héroe de la República de Cuba recibe los honores que merece un hombre de su estirpe patriótica.
En el Mausoleo a los Mártires del Tercer Frente Guerrillero Mario Muñoz Monroy, junto al sitio de reposo eterno del Comandante Almeida, se colocaron ofrendas florales a título del General de Ejército Raúl Castro Ruz, del Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Mario Díaz- Canel Bermúdez, del Presidente de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado, así como del pueblo de Cuba.
En el homenaje al legendario guerrillero estuvieron presentes José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del Partido en la provincia de Santiago de Cuba, Manuel Falcón, vicegobernador, otras autoridades del territorio y una nutrida representación del pueblo de Tercer Frente que peregrino por las calles hasta llegar a la Loma de la Esperanza donde se ubica el Mausoleo.
El sentido tributo nace del corazón de los santiagueros, esos que tienen a Almeida en el mismo sitio que él tuvo a Santiago de Cuba.
Entre uno y otra no hicieron falta palabras, ya se sabe que a veces el silencio lo dice todo.
A él le bastó palparla una primera vez, penetrar en sus entrañas mismas, su olor, sus curvas, sus elevaciones.
Para ella fue suficiente sentir el paso firme de “Macho” —como lo llamaban sus padres y hermanos— el arrullo de sus canciones, la fidelidad, ese buscarla y encontrarla constantemente con pasión de vida y de muerte.
Lo cierto del caso es que Juan Almeida Bosque y Santiago de Cuba se amaron perdidamente y para siempre desde aquel mes de julio de 1953 en que se descubrieron mutuamente.
Lo que vino después ahincó el cariño: la Sierra Maestra, la fundación del Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy, el Primero de Enero, la designación en septiembre de 1970 como delegado del Buró Político en la provincia de Oriente, la elección como diputado al Parlamento por la Asamblea Municipal del Poder Popular en la ciudad cabecera, las amistades que fraguó, las canciones que le compuso a esta tierra, sus gentes, sus lugares…
¿Quién duda que este pedazo de patria sea su novia pura y eterna? Nadie se atreva a negar esa ligazón de amor y compromiso.
En versos la llamó “mi Santiago” y a voz en cuello pregonó “Yo soy hijo de Santiago”.
En este terruño oriental están sus huellas esas que lo perpetúan más allá de una presencia física.