Por estos días, en lo que esperamos detalles de una Liga Élite anunciada con nombres nada atractivos para la afición, un evento va cerrando las cortinas para el público beisbolero: la final nacional sub-23, en la que Santiago de Cuba se puso este domingo a un triunfo de su tercer cetro.
Luis Ángel Torres fue clave desde el box en las aspiraciones de los orientales para arrebatarle un éxito 4-1 a los naranjas en su propia casa del estadio Augusto César Sandino, acompañado de un batazo decisivo a la cuenta de Euclides Pérez (doble en el sexto para empujar dos corredores).
Este lunes los santiagueros irán por definir un campeón para un torneo que deja más dudas en las costuras que la propia pelota usada, pues a los pocos partidos jugados se suman una pésima defensa, números casi de fantasía en el pitcheo, y decenas de errores en el dominio de los fundamentos técnicos del juego.
Habrá tiempo para volver sobre el balance general que deja esta séptima edición de una lid que bien pudiera haber servido como termómetro ideal para los muchachos que nos representarán en el campeonato mundial de esa categoría Sub 23.
De momento, Villa Clara va por la igualada ante los santiagueros este lunes tras ser el equipo más estable y ganador de la etapa clasificatoria. Sería al menos más atractivo para una justa, que en medio del esfuerzo económico por realizarla, no corrió con la misma suerte en cuanto a espectáculo y calidad.