La implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria, Seguridad Alimentaria y Nutricional (SSAN), depende en gran medida del éxito de la capacitación a los actores que intervendrán en el proceso a distintos niveles.
Aprobada el pasado 28 de julio entrará en vigor el venidero 28 de octubre, pero se requiere estar preparados para llevar de la letra impresa a la realidad lo que dispone y en ello laboran especialistas del grupo gestor creado en el territorio, preparando a los equipos dinamizadores para que repliquen el conocimiento en los municipios.
Utilizan la metodología de la educación popular con el objetivo de que en los territorios dispongan de las herramientas mínimas indispensables, incluso previo a la constitución de las comisiones de Soberanía y Seguridad Alimentaria, que se conformarán a finales de septiembre.
La doctora en ciencias Maricela González, profesora de la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, e integrante del grupo gestor que labora en la capacitación, resalta que esta es una etapa muy importante, para que a ese momento lleguen preparados los decisores principales, específicamente los Consejos de la Administración y Asambleas del Poder Popular en los municipios.
Insiste en la necesidad de llegar hasta el último productor y consumidor: “La ley reconoce que el problema alimentación no es de la agricultura solamente, es intersectorial, interinstitucional, multinivel, intervienen muchos organismos de la administración central del estado y de manera directa los gobiernos, de hecho el responsable de la implementación y de coordinar estas comisiones que se van a crear para integrar a todos los actores, que a cada uno de los niveles, toman decisiones que inciden sobre la producción, transformación y comercialización de los alimentos.”
Sobre los talleres explicó que abarcan responsabilidades, experiencias, saberes, ciencia y educación; refirió que intervienen 18 ministerios, no para trabajar verticalmente, sino de manera articulada a nivel municipal, provincial y nacional, y que se garanticen los artículos 67 y 68 de la Constitución donde se habla de que todos tenemos derecho a una alimentación, pero no a cualquier alimentación, sino a una sana, suficiente y nutritiva.
Destacó el rol del Ministerio de Educación (Mined), en el tema de la educación nutricional, no sólo para los niños, sino para el que produce, transforma, porque si no se conocen los peligros que implica un alimento deteriorado, los riesgos de utilizar elementos químicos y el impacto sobre la salud, no se cumple el propósito.
Otros aspectos que requieren especial atención a su juicio están vinculados con la formación de potencial científico, “empíricamente no vamos a alcanzar los resultados esperados.”
Entre los retos a asumir figura producir orientados hacia la necesidad del territorio, de acuerdo a la estructura demográfica de su población: ancianos, niños, mujeres, dentro de estas, las embarazadas; modificar patrones de mala nutrición ya que muchos de los problemas de salud como diabetes e hipertensión se deben a ello. Desde la preparación, cambiar mentes y prácticas e indudablemente el sector de la ciencia es esencial.