A pesar de la aplicación intensiva de tratamiento adulticida y extradomiciliario e higienización ambiental, la baja percepción del riesgo dificulta el control del Aedes aegypti en Isla de la Juventud, con índice de infestación de 0.66, superior al 0.05 permisible.
El doctor Leandro Cancio Fonseca, director del Centro Municipal de Higiene, Epidemiología y Microbiología, informó a la audiencia radial y televisiva local que el 90,9 por ciento de los focos se detectaron en el interior de las viviendas, lo cual habla de falta de rigor en la realización del autofocal.
En los últimos 30 días se diagnosticaron mil 174 enfermos con dengue serotipo 1, de los cuales dos se encuentran en estado crítico y la mayoría de los contagiados tiene ingreso domiciliar en los Consejos Populares de Pueblo Nuevo, Abel Santamaría, 26 de Julio y Micro-70, actualmente, los de mayor riesgo epidemiológico, dijo.
Cancio Fonseca llamó la atención sobre el significativo número de viviendas cerradas, situación que limita la eficacia en el control del vector y al mismo tiempo insistió en que las personas con sintomatología sospechosa al dengue acudan de inmediato al cuerpo de guardia más próximo a su zona de residencia.
El dengue tiene tres fases fundamentales: febril, crítica y convalecencia, expuso a la Agencia Cubana de Noticias Henry Arozarena Chacón, especialista en primer grado de medicina interna en el Hospital General Docente Héroes del Baire y profesor instructor de la Facultad de Ciencias Médicas en Nueva Gerona.
Explicó que en esa primera fase aparece la fiebre, dolores musculares, articulares, detrás de los ojos, pérdida del apetito y cansancio, síntomas a los que la población debe prestar atención para acudir a las instituciones sanitarias y no esperar a que aparezcan los signos de alarma que pueden comprometer el cuadro clínico del paciente.
En la fase crítica hay una exacerbación de las manifestaciones clínicas, que suelen aparecer a partir del tercer o quinto día, como dolores abdominales intensos y difusos –sin localización específica–, vómitos persistentes, diarreas profusas, acumulación de líquido en el abdomen, pleura o pericardio, detectada en el examen clínico, apuntó.
Refirió que a partir de las pruebas de laboratorio es posible observar aumento progresivo del hematocrito, disminución de las plaquetas en el enfermo, quien a su vez puede experimentar somnolencia, descenso brusco de la temperatura, sangrado de mucosas o deshidratación una de las complicaciones más severas porque pone en riesgo su vida.
No hay percepción del riesgo, enfatizó el joven, la también reconocida en la literatura médica como fiebre quebrantahuesos, es una enfermedad transmitida por artrópodos hematófagos (mosquitos endémicos). Cada año más de cien países reportan casos de dengue, o sea unos 400 millones de personas en el planeta son contagiados con el virus.
Cuba no está exenta de esta situación, es la arbovirosis más importante en términos de morbilidad, mortalidad y afectación económica, acotó. (ACN)