Si con el salario cuesta llegar a fin de mes, imagine un cuatrimestre sin recibirlo, añada a eso que los trabajadores tienen algún tipo de discapacidad, lo que limita sus opciones de contratación. Lamentablemente esa es una experiencia para quienes laboran en la Empresa de Industrias Locales Varias (Ilova), de la provincia de Pinar del Río.
Ante hechos como el descrito, lo valedero es la voluntad frente a las adversidades. Por ello buscan soluciones.
Alianzas
Félix Fuentes es el director de la unidad empresarial de base territorial (UEBT) de Industrias Locales Varias La Palma, radicada en el municipio que le da nombre, y que comprende también a Viñales y Minas de Matahambre.
Cuenta con 112 trabajadores, divididos en 12 centros; pero obstáculos como el impacto de la COVID-19, la ausencia de materias primas, y dificultades con la implementación de la Tarea Ordenamiento, les hicieron tocar fondo.
La empresa solicitó un crédito emergente para pagar salario a los trabajadores, y en mayo les abonaron el monto que les debían, por lo que hoy no presentan atrasos.
No obstante, el gran reto es generar ingresos, para lo que buscaron alianzas con la pequeña empresa El Roble y la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Raúl Sánchez, la primera dedicada a la carpintería; la segunda con patrimonio forestal y un aserradero.
Este último, una máquina de inicios del siglo XX, que desenterraron del fango y pusieron a funcionar. Construir módulos para viviendas es su proyecto principal, y utilizarán los subproductos en la confección de artesanías y juguetes. Es ahí donde el Taller Especial, en el que laboran personas con discapacidad, desempeña un rol esencial.
Pero no todos podrán vincularse a estas tareas, por lo que continúan escudriñando alternativas: recibirán papelería de Cienfuegos y guaniquiqui, lo cual les dará más opciones, y de no lograrse lo previsto, recibirán el 60 % del salario.
Contra las barreras
Incomprensiones, trabas, burocratismo, fueron obstáculos que se encontraron, especialmente en la Delegación Municipal de la Agricultura de La Palma, aunque el acompañamiento del Sindicato Nacional de los Trabajadores de Industrias, Partido y Gobierno nunca les faltó.
María Josefa Fuentes, presidenta de la CPA por 14 años, resalta el rol de la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, especialmente en la figura del Doctor en Ciencias Carlos César Torres Páez, director del Centro de Estudios de Dirección, Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo (Ce-Gesta). Recibieron capacitación que les dotó de las herramientas para materializar este proyecto cooperado, bajo el nombre Los tres pinos.
Como trabajador no estatal ya tenía un negocio lucrativo, que se consolidó al transformarse en mipymes, sin embargo, Frank Ferrer, director de El Roble, encontró motivaciones para sumarse a este emprendimiento.
Le ofrecerá mayor seguridad para la adquisición de la madera a través de la CPA, seguirá diversificándose y podrá contribuir a la solución de varios problemas de gran incidencia en la comunidad, entre ellos vivienda, empleo para personas con discapacidad e impulso a una estructura productiva que atravesaba dificultades económicas.
El contrato inicial pactado entre las partes incluyó un pago a la CPA, que eliminó sus deudas y marcó un nuevo comienzo, palpable en la creación de empleos, de lo cual se benefician jóvenes de la demarcación.
El camino
Amarilis Vena, secretaria general del Sindicato de los Trabajadores de Industrias en Pinar del Río, recuerda el engorroso camino para llegar a este punto. Cada mes visitaban los municipios con el acompañamiento de representantes del Partido y del Gobierno, e intercambiaban con las autoridades del territorio en busca de alternativas que luego trasladaban al consejo de dirección, y reuniones sindicales de los distintos centros.
Pese a las tensas circunstancias, por el gran apoyo y acompañamiento que ofrecieron, lograron mantener la fuerza laboral. Contaron además con la colaboración de la asistencia social y donativos monetarios de cuadros y funcionarios a varias instancias y organismos, como la Central de Trabajadores de Cuba. Todo ello sirvió para facilitarles la adquisición de productos de primera necesidad a los que estaban en mayor desventaja.
Hoy le reconforta que se abran nuevos horizontes, y no solo en La Palma, pues el Taller especial de Viñales también anda por rutas de resurrección con la confección de juguetes en papel maché, una opción que se agradece ante los precios vigentes.
Actualmente buscan asociación con artistas de la plástica para mejorar el acabado, pues el que brindan no cumple con los estándares de calidad que les garantizarían una mejor inserción en el mercado; Miriala Villacampa, administradora del centro, dice que todavía no conforman salario, pues sobre el ritmo productivo inciden negativamente aspectos como la humedad ambiente, algo que, considera, se debe contemplar en la norma.
Sin embargo, Rolando Echevarría, representante de la UEBT en Viñales, afirma que la intención es independizarse y formar su propia UEB. Entonces recuerda que en el taller de guaniquiqui perdieron la fuerza laboral por todas las dificultades con el salario. “Pero fue nuestra gestión la que nos permitió abrir y buscar los materiales indispensables. Trabajar nuevos formatos y reforzar los vínculos con trabajadores no estatales son perspectivas que esperamos concretar en breve”, expresó.
Sin varitas mágicas
Todavía hay aspectos que no dependen de recursos, entre ellos una mejor gestión comercial en los puntos de ventas y visibilizar los subproductos de otras entidades, los que podrían emplear en la confección de artículos de diversa índole.
No obstante, los talleres para personas con alguna discapacidad comienzan a dar muestras de recuperación, aunque no en todos los municipios, lo que confirma que depende de los hombres y mujeres buscar soluciones.
La inserción a la vida laboral de estas personas, contribuye no solo a su sustento, sino a su salud emocional y realización individual.