Cargando...Por: Yuleiky Obregón Macías
En círculos sociales, plazoletas, parques…descorrieron los telones los artistas escénicos de Sancti Spíritus este verano. Linternas, lámparas recargables, la luz de celulares o el sol a rajatablas han servido como reflectores de ese regocijo espiritual que trasmite el arte, y que han esparcido por los más recónditos parajes de la geografía espirituana quienes se han integrado a la XXVIII Cruzada Teatral por la ruta del Che.
Allí, donde el guajiro cultiva la tierra, donde la inocencia siembra sus sueños, lo escénicos han plantado el optimismo y han abonado la infancia con actuaciones cargadas de profesionalismo, amor y alegría. Historias narradas y representadas por compañías teatrales espirituanas capaces de despertar asombro e hilar esperanza.
Desde el pasado 5 de julio, desandan caminos, terraplenes o trillos… y la intención es la misma desde hace más de dos décadas: trasladar el arte de las tablas, de las habituales salas del entorno citadino a los parajes intrincados de los ocho municipios de la central provincia.
Ni las carencias, ni los recursos limitados, ni los apagones han frenado el ímpetu de una tropa curtida en la austeridad material. Como “un objetivo sustentado en la pasión”, describió Juan Carlos González, director del Consejo Provincial de la Artes Escénicas, algunas de las presentaciones de esta edición de La Cruzada, muy especialmente esa noche de apagón en Las Varas, La Rana; Gómez Toro…
Por esas vivencias, Juan Carlos recomienda “confiar en la capacidad de los artistas escénicos espirituanos para enfrentar y vencer las dificultades”. El peso extra de los obstáculos se aligera tras cada presentación, porque esa posición mágica del arte para todos y la gratitud de un público espontáneo y sincero, premian el esfuerzo y engrandecen al artista.
“La acogida ha sido especular”, describió desde su experiencia Yojandry “Pachy” Naranjo, director del grupo Parabajitos, “Después de más de dos años detenidos por la pandemia, volver a esos predios donde el público se prepara y te espera, ha sido un rencuentro de emociones. Ver el rostro de los niños sonreír es algo fabuloso. Un momento de gozo, de disfrute y de compartir con la familia cubana”.
La influencia de los públicos de esas comunidades en el desarrollo del teatro espirituano valida el suceso cultural, aseguró Juan Carlos González. “Ese intercambio de experiencias funciona como fuente de inspiración para los creadores”, comentó.
“En Polo Viejo ─asentamiento de la serranía del Escambray─ compartimos con uno de los héroes anónimos de la Historia de Cuba, protagonista de la defensa de su pueblo ante un ataque de bandas contrarrevolucionarias en la década del 60. Constatamos el valor de la educación cubana con escuelas en lugares donde residen nueve niños, en otro sólo dos. Conocimos a personas de comunidades cañeras de Jatibonico, que batallan porque la zafra perdure como parte de nuestra raíz histórica, cultural y económica de la nación”, relató González.
En los primeros días de septiembre, la XXVIII Cruzada Teatral por la ruta del Che cerrará el telón como uno de los sucesos con mayor impacto social del verano en predios espirituanos. Entonces se habrán realizado más de un centenar de espectáculos donde artistas desdoblados en payasos, magos, titiriteros alumbraron el alma de muchos.
