Primer partido de Liga y primera polémica del curso. Del Cerro Grande pitó penalti en contra del Sevilla por una acción en la que el Papu Gómez abre los brazos para intentar proteger el balón en impacta en el rostro de Moncayola. El colegiado internacional madrileño no lo dudó ni un instante, pero su decisión levantó ampollas en la expedición sevillista que no daba crédito a la decisión y la jugada no era revisable por el VAR.
El caso es que la pena máxima la ejecutó el joven Aimar, el mejor jugador del partido y la sorpresa en la alineación de Jagoba Arrasate. No fue el mejor lanzamiento posible, pero sí lo suficientemente bueno como para que acabase en gol. Un tanto que sirvió para que Osasuna sumase los tres primeros puntos de la temporada.
Osasuna quiso imponer su ley desde el minuto uno y arrancó con un triple intento de asalto a la meta de Bono que dejó al Sevilla tiritando. Un centro de Rubén Peña, un remate del Chimy Ávila y otro de Kike Barja. La defensa hispalense conseguía solventar la papeleta, pero quedaba avisada de que le iba a tocar remangarse.
En el siguiente intento los rojillos lograban adelantarse en el marcador con gol del Chimy Ávila, que cabeceaba en el segundo palo un extraordinario centro de Rubén Peña desde la derecha. Bono se encontró con el balón, pero no acertó a sacarlo.
La alegría duró un suspiro, porque inmediatamente empataba el Sevilla. Rafa Mir se adelantada a David García para rematar en el área pequeña una gran asistencia del Papu Gómez. El fantástico control del argentino merecía tener premio.
