Iba de la mano de sus padres en un desfile en Plaza de la Revolución José Martí, en La Habana, cuando al pasar frente a la tribuna le indicaron a su hijo “¿Ves aquella gorra verde pequeña?. Ese es Fidel”. Indicaron
Con regocijo Ernesto Freire Cazañas, secretario de la Federación Sindical Mundial para América Latina y el Caribe, evoca ese instante junto a sus progenitores. Transcurrieron los años y un día de 1997, por primera vez tuvo ante sí la presencia del Comandante en Jefe durante una reunión de trabajo relacionada con los preparativos para las elecciones generales en el país. “Jamás imaginé que después de verlo desde tan lejos iba a estar al lado de ese gigante”, confiesa con admiración.
“En diciembre de 1999 yo ocupaba la responsabilidad de secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en la capital del país y en aquel encuentro, junto a dirigentes sindicales, estudiantiles y de otras organizaciones de masas, surgió la génesis del grupo de trabajo para la Batalla de ideas por la liberación y el regreso del niño Elián González secuestrado en Estados Unidos”, expresó.
“A lo largo de muchos otros momentos siempre me impresionó el método y estilo de trabajo de Fidel, el interés por conocer el estado de opinión de la población, la utilización de la crítica cuando las cosas no se hacían bien y hay que decir que en lo personal nos sirvió de enseñanza para el vínculo sindical con la base”, relata Freire, actualmente secretario de la Federación Sindical Mundial (FSM) para América Latina y el Caribe.
“Fue una etapa –acotó- en la cual surgieron diversos programas sociales, entre ellos los relacionados con la formación de Maestros Emergentes, la cultura y otros dirigidos a los jóvenes”.
Como sindicalista por más de 30 años en disimiles responsabilidades nacionales y provinciales, percibió el concepto de Fidel acerca de la vergüenza, el compromiso, de la importancia y la necesidad del ejercicio de la crítica y de no ser vanidosos. “No hubo un combate en lo social, en lo económico y lo ideológico en que no esté vigente el pensamiento de nuestro Comandante en Jefe”, subrayó.
Para Freire no resulta fácil resumir en una sola las enseñanzas que dejó el líder cubano a través de su obra. “Si hay algo que pudiera integrarlas a todas es su sentido de la sensibilidad, su sentido de la humanidad y de la atención a los desposeídos y a los más vulnerables. Ese es Fidel”
“Él vive entre nosotros porque siempre lo tenemos presente. Y no es una apología. Por eso no lo extrañamos porque está entre nosotros”.