Las respuestas de que allí estarían, de que “claro que apoyaremos” no se hicieron esperar. Ya avanzaban las esperadas vacaciones, pero, aun así, los estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey Carlos J Finlay dijeron rápidamente que sí en cuanto les pidieron ayuda, desde el Ministerio de Salud Pública, para controlar los altos niveles de infestación del dengue.
Camagüey es uno de los territorios que a nivel nacional muestra números alarmantes en relación con las arbovirosis y elevada circulación del dengue. Y como detalla el vicerrector general de la universidad médica, Albio Pacheco Mejías, los elevados niveles de reactividad y de focos son elementos que se pueden controlar.
“Para esto, agrega, se fortalece el personal, se da aseguramiento técnico y con personal calificado se incrementan los observadores de signos de alarmas”.
Para apoyar esa tarea, este martes fue abanderado el contingente Dr Mario Muñoz Monroy, el cual, con más de 80 estudiantes, que se rotarán cada semana, se irá a los barrios a pesquisar y a centros hospitalarios, como Amalia Simoni y el pediátrico Eduardo Agramonte Piña, a colaborar.
Según cuenta Ricardo Rodríguez González, estudiante de tercer año de la carrera de medicina y vicepresidente de la Feu en la universidad, “la movilización fue rápida y voluntaria.
“Eso demuestra que con la juventud se puede contar, que nos pueden dar grandes tareas y confiar en nosotros. Además, muchos de los que estamos acá participamos en la pesquisa cuando la Covid-19 y hasta estuvimos en centros de aislamientos. Y sin miedo siempre dimos el paso al frente y ahora lo volvemos a hacer”.
Zahira Celia Espinosa Téllez cursa el quinto año de la licenciatura en enfermería y fue de las primeras en llamar para participar. Y es que, como explica, “tenía que estar en la brigada porque es algo que aprendí desde el primer año: el compromiso y el sentido humanista.
“Pero también porque no se decirle que no a las tareas de la Revolución y mucho menos dejar sola a la provincia en medio de una compleja situación sanitaria.
“Cuando la Covid-19 igualmente estuve aportando con la pesquisa, luego me incorporé a los centros de aislamientos que se instalaron en la Universidad y apoyé también la vacunación pediátrica en el municipio de Najasa. Y por supuesto que debía estar aquí”.
Ahora estos futuros galenos donarán partes de sus vacaciones para, casa a casa, contribuir con el control de la enfermedad. Pero como apunta Pacheco Mejías, “es muy importante el apoyo de la población. Las condiciones climáticas son propicias para la proliferación del agente transmisor, por lo que debemos hacer el autofocal, no como un lema, sino como una meta”.