La medida, vigente desde el pasado día 3, indica que se admitirá la reservación por la sola persona de 80 capacidades en un rango de 30 días. Podrá comprar diariamente ocho (cuatro de ida e igual cifra de regreso). Al completar las 80, tendrá que esperar los citados 30 días para comprar nuevamente. A partir de agosto el total de pasajes en el mes se reducirá a 30.
En momentos de disminución de capacidades, con una oferta muy por debajo de la demanda que se incrementa en los meses de verano, la información provocó, más que una aclaración, un inusitado disgusto general, pues muchísimos cuestionan el permitir los 80 boletines mensuales por persona.
Con anterioridad, cada individuo que accedía a la aplicación podía reservar mensualmente 240 capacidades, una posibilidad casi anónima para las grandes mayorías, aunque de seguro muy conocida por los revendedores —no son pocos—, especialistas en la búsqueda de dinero fácil a costa de la necesidad popular.
Directivos del GEA aseguran que los cambios pretenden frenar el actuar de los especuladores, aunque no solucionarían el problema en su totalidad. “Pero sí brindan mayores oportunidades a los cubanos honestos”, subrayó Eddy Raúl Cárdenas, director general del Grupo Empresarial. Eso es cierto, como también que si algún buquenque compra los 80 boletos podrá hacer sus “vacas gordas”.
En año 2020 se concebían cerca de 300 viajes diarios en ómnibus, pero actualmente son unos 110. Cada día a las 8:30 a.m., al iniciar la nueva reservación, la APK reporta picos de hasta 30 mil peticiones por segundo, contra una oferta de solo 7 mil. Además, los boletos de un ómnibus pueden venderse en 20-30 segundos luego de ser ofertados. Todo ello genera equivocadas interpretaciones entre los que intentan hacer una reservación.
El propósito es válido, pero es mejor evitar muchos boletos per cápita. En estos tiempos difíciles esas cifras altas pudieran propiciar no pocas maldades. Se impone una mejor fórmula.