Es imposible dejar de escribir de nuevo sobre la Liga Elite del Béisbol Cubano. Los nombres anunciados tras una encuesta pública, las declaraciones de Juan Reinaldo Pérez Pardo, Presidente de la Federación Cubana y Comisionado Nacional, y las opiniones encontradas sobre un torneo deseado como espectáculo y techo de nuestra pelota, parecen ser rayas a un tigre que sin dar el primer zarpazo ya muchos miran con incertidumbre y malos ojos.
Más allá de la polémica sobre las variantes expuestas a votar en el sitio www.beisbolcubano.cu (la triunfadora apenas alcanzó 4669 votos en un país donde más de un millón de personas —para ser conservador— conoce y opina de su deporte nacional), se volvió a apelar a la votación democrática por los nombres de los equipos. Y para ser sincero, eso animó a más de uno que no estaba convencido del certamen o que preferían otras variantes.
Sin embargo, tras una primera encuesta retirada y luego de otra segunda encuesta ampliada con variantes de nombres finalmente se dieron a conocer seis, cuatro de ellos con presencia anterior en nuestras Series Nacionales y representando territorios dispares ahora (Agricultores, Centrales, Ganaderos y Cafetaleros), en tanto Tabacaleros y el más sonado, Portuarios, aparecen en escena por vez primera.
Debo decir con toda ética que a solo horas de haberse presentado el Anteproyecto de Ley de Comunicación Social, las autoridades beisboleras se lanzaron a explicar que cuatro nombres de los conjuntos se tomaron con más del 50 % de los votos emitidos de la primera encuesta (¿y la segunda entonces para que sirvió? ¿Para qué se colocó en la página oficial y se dijo que era atendiendo a las sugerencias del pueblo?); en tanto los dos más discordantes: Agricultores y Portuarios, fueron resultados de ser coherentes y aplicar una linealidad con los otros nombres, según explicó en TV el comisionado.
Con total sinceridad y sin tener la verdad absoluta, estos nombres motivan muy poco a un espectáculo al que ya le faltaban elementos para ser atractivo, tal y como expusimos en un anterior comentario. Hay quien lo ha comparado con una liga de sindicatos de la CTC, muy distante de las tendencias actuales en los estudios de gerencia deportiva para lograr el primer imán de un torneo: venderlo desde los nombres de sus protagonistas.
Pero si la pretensión era arrancar arriba y que la Liga Elite llevara de nuevo a los aficionados a los estadios salta otra pregunta. ¿La fórmula ideal era acudir a nombres que incluso fueron campeones en nuestras Series Nacionales: Agricultores (1975) y Ganaderos (1976)? Eso sin contar que el primero perteneció o representaba a La Habana y luego estuvo en Selectivas (1986-1992) con los mejores peloteros de La Habana e Isla de la Juventud. Es decir, no hay conexión con los territorios asignados ahora.
Veamos más datos de esos cuatro equipos que pasaron por nuestras campañas, en victorias y derrotas. Agricultores (64V-50D), Ganaderos (72-43), Cafetaleros (49-66) y Centrales (56-72). Este último también estuvo en las Súper Ligas del 2001 hasta el 2005. ¿De veras qué alguien encuentra atractivo estos nombres para un certamen que pretende colarse en el alma del pelotero y el pueblo cubano?
No voy a referirme al tema Almendares, porque tampoco lo considero acertado. Ese equipo hizo historia en un campeonato y eso hay que respetarlo. Extrapolarlo a otro es traicionar un poco ese legado. Abogábamos por nombres nuevos, no por algo incongruente como Portuarios para la selección de Habana-Mayebeque. No se trata de que existan o no puertos, sino de la identidad de esos territorios. Y en el caso de Agricultores, para la agrupación entre Las Tunas-Granma, cae en el caso del facilismo y el cliché de un calificativo manido. ¿Pensaron además las mascotas de estos conjuntos, parte también importante del espectáculo?
Un amigo y colega holguinero, Victor Campaña, propuso y nadie lo escuchó pensar en honrar a íconos de siempre de nuestra pelota con los nombres de los seis equipos: a Vinnet, Muñoz, Pedro Luis Lazo, Germán Mesa, entre otros, y quizás haber llevado a esa votación popular sus apodos o sobrenombres enfocados en: Los Meteoros Orientales, los Gigantes del Centro, los Rascacielos de Occidente, los Magos de La Habana, los Mosqueteros del Centro, los Incapturables de la Llanura, entre otras variantes.
Quizás no sea tampoco la mejor opción y tenga más o menos detractores, pero al menos tenía un sentido más pegado al aficionado y al pelotero, además de responder a esa honra que no veremos conjugar con la Liga Elite y estos seis nombres aprobados. El criterio del pueblo que llena los estadios se ha escuchado en una encuesta a viva voz, no en plataformas digitales: “No nos agradan, otra raya más al tigre”.
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