Hasta los analistas más experimentados han perdido la cuenta de la cantidad de armamento que Estados Unidos y sus aliados han dado a Ucrania, “generosamente y a buen precio”, para tratar de acallar a Zelenski quien les pide cada día “más y más armas”.
Expertos estadounidenses y británicos, facturan nuevos y más mortíferos armamentos, pero sobre todo calculan las ganancias, sin importar que una buena parte nunca llegarán a ser empleadas en el frente, y lo saben.
Los partes militares de la parte rusa informan de la destrucción de buena parte de esos equipos, que los ucranianos guardan en instalaciones civiles, incluidas escuelas y sótanos de edificios donde vive la población, ya que mujeres, ancianos y niños son usados como escudos ante posibles ataques.
Esto sin contar aquellas armas que pasan a manos de especuladores que las venden al mejor postor, no importa que sean terroristas, narcotraficantes o vulgares delincuentes.
Los especialistas consideran las armas enviadas a Ucrania como inútiles y exponen varias razones.
“Comprenden que si suministran armas ello contribuirá a que dominemos esas tecnologías, por lo que envían versiones. Nos han entregado misiles antitanques americanos Javelín, defectuosos o con potencia limitadas”, dicen los propios ucranianos, aseguró el experto militar Volodymyr Yevseyev.
Razones de un descalabro
El español Félix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano, precisa que “el problema empieza cuando se envían sistemas de armas que necesitan un adiestramiento especial.
“Para utilizarlas con precisión hay que saber emplear elementos como localizadores, coordenadas, satélites de posicionamiento global y eso requiere un adiestramiento más largo”, asegura.
Polonia suministró a los ucranianos una buena cantidad de tanquesT-72 mejorados y por el poco dominio de las tripulaciones muchos fueron destruidos al entrar en combate.
Es decir, no tiene sentido tener un buen equipo sin un buen entrenamiento, por lo que finalmente pierden equipo y mucho personal, señala otro especialista.
Rusia evidentemente cambió sus tácticas de guerra, por lo que han logrado mayor eficacia en el enfrentamiento. Mientras, el Pentágono ha mostrado preocupación porque sus obuses no llegan a la línea de batalla.
No obstante, el alto mando quiere revisar más de mil propuestas de armas innovadoras para enviar a Ucrania, en medio de la escalada de tensiones con Rusia, según la CNN, aunque otras fuentes aseguran que tratan de eludir sus promesas de suministrarlas.
Destruidas antes de combatir
El desafío consiste en que antes del inicio de la guerra, Estados Unidos y otros países de la OTAN ofrecieron al ejército ucraniano una amplia capacitación, pero no en las armas más avanzadas.
“Algunos mandos ucranianos utilizan Google para descifrar cómo se pueden emplear”, señala otro experto, citando un artículo del diario The New York Times. “Es como recibir un iPhone 13 y solo poder hacer llamadas” admitió el sargento ucraniano Dmytro Pysanka.
¡Qué decir de los nuevos combatientes movilizados en Ucrania, incapaces de dominar ni siquiera las tradicionales!
Mientras, los rusos informan en sus partes militares que destruyen metódicamente estos envíos y ese destino les espera a las armas más modernas si son enviadas. Muchos de los cañones ofrecidos por la OTAN han sido destruidos antes de disparar un solo tiro.
Crece la preocupación entre los asesores militares yanquis, convencidos que la mayoría de las armas prometidas no llegarán nunca a la línea del frente.
Junio parece ser el inicio del fin de una confrontación que el trío bélico (OTAN, UE y EU) trata de alargar lo más posible, pues mantiene como objetivo dañar lo más posible a Rusia y debilitarla, aunque no quieren aceptar que ellos sufren al interno de sus respectivos países las consecuencias de las sanciones a Rusia.
La guerra se inició con los campos llenos de nieve. Ahora Europa sufre una crisis de calor, pero inevitablemente vendrá el frío. Los europeos solo recibirán nuevos impuestos, subida de precios y falta de gas y petróleo para calentar sus hogares, entre otras calamidades, por la irresponsable política de sanciones que aplican a Rusia los dirigentes de EU, la OTAN y la UE.
