La edición 41 de la Fiesta del Fuego, que inició este domingo y se extenderá hasta el día 9, es muestrario de la capacidad de renovación de una cita que sin perder sus esencias, de defensa de las culturas originarias y tradicionales de los pueblos de la región, se atempera al presente.
Así lo confirman las novedades que tiene este encuentro de 2022, recibido pasión luego de dos años de realizarse solo de manera virtual como consecuencia del azote de la pandemia.
A las tradicionales propuestas — entre las que figuran el Coloquio el Caribe que nos une, la gala de apertura, el Desfile de la Serpiente (con el pasacalles de todas las delegaciones participantes) y la Quema del Diablo como cierre— se suman por primera vez el Taller Industrias Culturales y Creativas del Caribe, la Asamblea de los Pueblos, y el encuentro de la Unesco sobre carnavales en el Caribe.
Cada uno de estos momentos, junto con otros como los talleres de Religiosidad Popular, de Danza y Percusión Cubanas, de Educadores del Caribe, de Estudios Literarios en el Caribe, el homenaje a la rebeldía esclava, la muestra de cine caribeño, o las presentaciones de grupos portadores en plazas y calles, entretejen los aportes del Festival a la visibilidad de las culturas de nuestros pueblos y a su estirpe de resistencia y resilencia.
La presente edición de la Fiesta del Fuego está dedicada a las cuatro décadas de la apertura de la Casa del Caribe, a los 30 años de Estudio Teatral Macuba y los 40 años del santiaguero Septeto Turquino.
Según precisiones de Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, institución que lidera el Festival, en este 2022 se dan cita en Santiago de Cuba unos 230 delegados extranjeros de 21 países (con Puerto Rico con la delegación más numerosa con 90 integrantes) además de unos mil cubanos, entre ellos alrededor de 15 grupos portadores de lo más auténtico de la cultura popular.