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Cuando une el deseo de solucionar

Cuando trabajaban en el Instituto Politécnico de Informática de Camagüey como profesores de los departamentos de lenguaje de programación y proyectos informáticos, George López Peláez y Yeosdani Reinaldo Culley nunca pensaron que años más tarde sus inventos se aplicarían en todo el país, ni que ahorrarían millones de pesos.

George, a la derecha, y Yeosbani, por su labor innovadora han merecido la condición “8 de octubre” en varias ocasiones. Ahora se les realiza el proceso para que obtengan la medalla Jesús Menéndez por la utilidad de su labor. Foto: Gretel Díaz Montalvo.

 

Lo de ellos comenzó espontáneamente. Pura curiosidad. Habían dejado sus funciones en el magisterio y sentaban sus bases, hace unos 14 años, en la Empresa Eléctrica Camagüey. Allí, en cuanto llegaron les sacaron dividendos a sus conocimientos informáticos, pero simplemente para facilitarles el trabajo, o al menos eso creyeron en un principio.

Según George, quien se desempeña como especialista principal del grupo de sistemas informáticos de gestión comercial, comenzaron realizando unas pequeñas aplicaciones, que luego fueron creciendo y se han vuelto necesarias para la eficiencia empresarial a nivel del país.

“La actividad comercial, detalla, es dinámica y muy cambiante. Sin embargo, casi nunca la asociamos con la labor innovadora. Pero resulta que sí, pues como muchos de sus servicios están informatizados a veces surgen problemas y debemos idear muchas cosas para solucionarlo.

“En un principio en la Empresa Eléctrica tuvimos que resolver problemas que existían en las bases de datos, los cuales no coincidían y conspiraban contra la eficiencia en el trabajo.

“Vimos que a este procedimiento informático le hacía falta también un sistema contable. Lo diseñamos y para el 2016, antes de presentarlo a nivel de la Unión Eléctrica, le auditamos los datos y garantizamos su calidad.

“Estas soluciones se fueron agrupando en un sistema de aplicaciones comerciales que han ido creciendo e incluyen, también, la opción de detectar las problemáticas del comercio sin necesidad de que los técnicos deban ir a ciegas al terreno”.

Para Yeosdani, quien labora como especialista en informática en la dirección comercial de la entidad, el alto impacto de estos sistemas creados por ambos se ha medido en la aceptación que tienen en todas las entidades de la empresa nacional.

“Nunca pensamos, añade, que crecería tanto ni que sería tan utilizado. Por eso constantemente lo renovamos y actualizamos para que sea eficiente el sistema general en su función de fiscalizador del proceso comercial, lo cual beneficia mucho a la población y garantiza la calidad de los datos que se manejan de manera online”.

George y Yeosdani desde hace décadas son más que colegas, son amigos que han encontrado su realización personal en la solución de problemas. Por eso se enfocan, además, en la creación de innovaciones de gran utilidad social.

Desde antes que apareciera la Covid-19 estaban montando una aplicación web para que cada consumidor conociera su consumo del mes antes de que recibieran el recibo. Es útil, además, para que el cliente se informe sobre la lectura del metro contador.

También crearon una aplicación para los servicios de metros prepagados, para la capacitación del personal y preparan otros tres proyectos más. Según los resúmenes, son 19 las innovaciones que con su autoría han sobresalido en diferentes fórums de ciencias y técnica en los últimos 10 años. Y seis millones 700 mil 919, como especifica Yeosbani, lo que por concepto de ahorro se calcula cada año.

George y Yeosbani ya no se guían por la espontaneidad. A ellos los llaman y les piden soluciones, porque saben que les encanta crear. Porque son de los que tratan que sus compañeros también le cojan el gusto al arte de innovar, para que sean más los que busquen soluciones.

 

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