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Cargando...“Todo cuánto soy se lo debo al movimiento sindical, y no exagero”, dice Rigoberto Peña Cutiño cuando lo invito a rememorar en síntesis su larga trayectoria como dirigente obrero y cómo valora que su hija mayor Yinet Peña Batista haya seguido esos derroteros.
Entonces recuerda cuando comenzó como secretario general de la sección sindical de la Dirección Municipal de Educación en Jobabo. Luego, en el año 1976, ocupó el cargo profesional de Secretario General de esa misma organización en el territorio y desde entonces transitó por diferentes niveles de dirección “Fui por 28 años sindicalista, incluyendo una década atendiendo la esfera de organización del Comité Provincial de la CTC en Las Tunas”.
Como resultado del proceso natural de la política de cuadros, en el 2008 cesó en esas funciones, entonces y hasta el 2016 dirigió el Departamento de Recursos Humanos en el Comité Provincial. Se jubiló y retornó al mismo cargo, que hasta hoy desempeña.
Emocionado habla de cuánto han significado esas casi tres décadas para su desempeño personal y profesional, “es grande la influencia que ejerce en tu proyección como ser humano el contacto permanente en la base con los trabajadores, los directivos, materializando los grandes objetivos de la Revolución. Me siento muy contento y feliz de lo que he aportado y de lo que puedo seguir haciendo al servicio de la Patria.
“Estoy contento con Yinet, porque ha despuntado como dirigente sindical. Ha cursado diferentes escuelas políticas y hoy es secretaria general del Buró Provincial del Sindicato de Trabajadores de la Administración Pública y eso me enorgullece. La veo como la semilla que planté en los mismos terrenos en los que anduve ―y anduvimos― por mucho tiempo.”
Ya con 71 años cumplidos, Rigo, como todos le llaman, se siente multiplicado en ese retoño que “con sabiduría y entusiasmo enfrenta la conducción de un sindicato de complejidades extremas por la diversidad y la importancia de los sectores que agrupa”, dice.
“Recuerdo que de pequeña, papi siempre procuraba estar cerca, pero a veces le resultaba imposible. Lo veía poco. Eran para mí demasiadas ausencias, llegadas tardes al hogar y mami con cierto orgullo me explicaba las razones y yo daba perretas, no entendía nada o entendía muy poco, para ser justa.
“Transcurridos algunos años y ya en la Primaria aprovechaba los días de receso escolar, de vacaciones y lo acompañaba. Mientras él cumplía las tareas yo recorría estos los pasillos de su centro laboral, que siempre me han resultado muy familiares. Crecí muy cerca del movimiento sindical…Mi infancia la hice con sus enseñanzas”.
Y así comenzó a gestarse su amor por estos menesteres. “Mi padre ha sido el ejemplo a seguir”, enfatiza y cuenta que comenzó su vida laboral como trabajadora social, y en el 2011 se inició como cuadro profesional y “siempre he tenido su apoyo, su guía oportuna para enfrentar las tareas y tomar decisiones.
“Su ejemplo ha sido mi escuela, tanto en la vida personal como profesional, y me ha ayudado a enfrentar los retos actuales del movimiento obrero en medio de la compleja situación que vivimos”.
