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Cuando papá no está

Recuerdo que en mi infancia me impresionaba ver en el Día de las Madres a algunas personas con una flor roja en el pecho, símbolo de que su madre estaba viva, y otras con una flor blanca, señal de que ya había partido.

No vi esto sin embargo, en relación con los padres y no es porque tuvieran menos importancia. Así son las costumbres.

Este domingo algunos padres no estarán con sus hijos físicamente pero de seguro permanecen en su corazón y en sus recuerdos.

Esos son los que se entregaron desde el primer día a sus retoños para cuidarlos y hacerlos crecer, que le trasmitieron todo lo que pudiera serles útil a lo largo de su existencia, los que muchas veces se convirtieron en padre y madre, bien fuese porque perdiera a su pareja o porque esta estuviese lejos, a veces en una misión para garantizar el bienestar de los hijos de otros.

Me satisface que mis hijos tuviesen a un buen papá, el que estuvo siempre a su lado cuando lo necesitaron, el que les enseñó tantas cosas, les despertó la curiosidad por conocer el mundo, los apoyó en los momentos difíciles…

Es hermoso conocer que en un día dedicado a ellos, los papás que supieron cumplir con amor y dedicación esa maravillosa función y ya no están, siguen latiendo en los corazones de sus hijos, que nunca los dejarán morir, porque los seguirán guiando con su ejemplo.

Aunque los hijos no lo noten, mucho de lo que hagan día a día tendrá su huella y cuando se conviertan en padres, lo querrán todavía más, porque ese ser que no solo puso su semilla para traerlos al mundo sino se entregó por entero a su bienestar, será por sus méritos un modelo para criar a su descendencia. Y les hablarán con cariño del abuelo que tal vez no conocieron pero que estará presente en el hogar como un faro de luz que con su experiencia ayudará a recorrer el camino de los nuevos miembros de la familia y les enseñarán a admirarlo como un viejo sabio que ha dejado lecciones inolvidables para todos. Ojalá así sea por siempre, en un eterno renuevo de cariño de generación en generación.

Por todo esto, los verdaderos padres que ya no están no nos harán sentirnos tristes ni deprimidos en este tercer domingo de junio porque rememorar lo que significó contar con su cariñosa compañía nos traerá felicidad.

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