La detallada explicación que recibimos este jueves sobre la situación del sistema electro energético nacional era muy necesaria en el actual escenario de extensas interrupciones del fluido eléctrico en casi todo el país.
Es cierto que los problemas son objetivos, y solo con conocerlos y entenderlos no se resuelve el lógico estado de malestar que existe en la población, como también reconoció anoche el propio Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Por más comprensión que una persona tenga sobre el asunto, cuando se va la luz en la casa, todo el mundo se lo siente hasta la médula. Más en esta época de calores sofocantes y otras muchas dificultades económicas que nos agobian.
Pero si bien tener información no da más luz, si nos aclara, y mucho. Ese panorama general de la situación, en un sector donde no es posible abarcar todo el alcance de las dificultades y sus soluciones solo desde una óptica local, permite una mayor comprensión de otras medidas y derivaciones de esa estrategia para recuperar la mayor capacidad de generación alcanzable en el menor tiempo posible.
Hay varias conclusiones a que cualquiera puede arribar, sin ser especialista en termoeléctricas.
- Primero, que hay mucha gente trabajando en resolver la actual crisis.
- Segundo, que no es capricho de nadie, y sí una consecuencia directa de factores externos que escapan a la posibilidad de maniobra del gobierno cubano, como las restricciones financieras y de recursos que generó la pandemia de Covid-19 y la guerra económica del gobierno de los Estados Unidos.
- Tercero, que también está en las manos de la ciudadanía aminorar el golpe, con un uso más racional de la energía, y el ahorro al máximo.
Un imprevisto como el costoso accidente reciente en la termoeléctrica del Mariel no podía estar en la ecuación de nadie, es cierto. Igual habría que sopesar muy bien las actuales prioridades del país en materia inversionista, porque desde hace ya bastante tiempo se hablaba sobre la obsolescencia de una parte de los equipos de generación distribuida, aquel concepto esencial de la Revolución energética que diseñó Fidel.
Fue bueno conocer entonces que hay acciones a corto, mediano y largo plazo, lo cual incluye desde el cronograma de reparaciones y mantenimientos, hasta construcción de nuevas termoeléctricas.
Habrá que buscar la forma de que esa visión de sistema con que se abordó la problemática la podamos seguir desde la información pública con una sistematicidad que no esté sujeta a una coyuntura adversa. Algo que siempre decimos, pero después casi siempre olvidamos.
No obstante, la comparecencia dejó también un mensaje muy enfático alrededor de la importancia de ofrecer respuestas ágiles a la ciudadanía, ya sea ante cualquier contingencia o como método habitual de trabajo. Es una lección que siempre emerge en materia de la comunicación social y política que estos tiempos requieren.
Hasta finales de junio o principios de julio no tendremos una estabilidad mínima en la generación eléctrica. Eso implica todavía jornadas muy duras y molestas, que no pueden aliviar, es cierto, las explicaciones; pero siempre será mejor que la incertidumbre de no saber qué pasa. Enfrentar como pueblo esta realidad, reiteramos, ahora mismo no nos dará más luz, pero sí mucha mayor claridad.
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