Aunque las hojas para fabricar los tabacos, provenientes de los campos de Ciego de Ávila, se distinguen por ser unas de las mejores cosechadas en Cuba, la joven oriunda de esas tierras, Dayam Rodríguez Marichal, reconoce que la materia prima pudiera tener más calidad sin las trabas de la política hostil contra la isla por parte del gobierno de los Estados Unidos.
«El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a nuestro país nos afecta considerablemente porque es de importación gran parte de los insumos y las habilitaciones para la producción tabacalera».
Argumenta la directora de acopio y beneficio del tabaco en la Empresa Agropecuaria Florencia, del territorio avileño, que «recursos imprescindibles han llegado tarde, por lo que hemos tenido que guardarlos de una campaña a la otra, por ejemplo, fertilizantes, tela y alambre para las casas del cultivo tapado.
«Otro problema ha sido la escasez de materiales para enterciar (empaquetar) el tabaco, el año pasado faltó un tipo de hilo y se buscó un sustituto en el país.
«Ahora hay limitaciones con el papel para las envolturas de los habanos destinados al consumo nacional, y en ocasiones hemos tenido dificultades para producir determinado renglón exportable.
«Por supuesto, las iniciativas y soluciones de los tabacaleros avileños han roto el cerco imperialista y defendido el plan de nuestra empresa. La economía mostró resultados alentadores al cierre de abril: las ventas netas se comportaron al 123 %, hubo más ingresos que gastos, superior fue la productividad del trabajo y no tuvimos pérdidas económicas».
Así el tabaco sigue prendido.
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Continúa este recorrido por la Fábrica de Tabacos Torcidos «El Surco», de Ciego de Ávila, junto a nuestro corresponsal allí, José Luis Martínez Alejo. No se pierda los sitios y las historias de vida de este central territorio de Cuba.