Todavía puede faltarles mucho a las semifinales —y ojalá que así sea en función del espectáculo—, pero a la hora de aventurarnos en pronósticos, es imposible no pensar en la segunda parte de la película que vimos en la 60 Serie: Matanzas-Granma, para discutir el título de la actual temporada beisbolera.
Los Cocodrilos de Matanzas, con una nómina en la que faltan al menos cuatro titulares de posición (Yadir Drake, Eduardo Blanco, Aníbal Medina y Andrys Pérez) y par de lanzadores (Yoenni Yera y Naykel Cruz), han podido morder par de veces a los Gallos de Sancti Spíritus (5-4 y 5-3) y desde este lunes irán por rematarlos en su cuartel general del estadio Victoria de Girón.
El mentor Armando Ferrer ha encontrado en Yariel Duque (3 empujadas de las 10 que han anotado), y en el receptor sustituto Roberto Loredo (333 de average y par de remolques) a sus máximos inspiradores, sin olvidar a Ariel Sánchez y Jefferson Delgado. Pero en cualquier momento el trío Mujica-Arruebaruena-Camero despierta en esta semifinal y serán más temibles.
Del lado espirituano hay que mencionar a Daviel Gómez y Rodoleisi Moreno como las bujías principales en el cajón de bateo, pero su dependencia en demasía de lo que pueda hacer Yuén Socarrás en el box los limita para pensar en imponerse en cuatro de los cinco encuentros que le quedan a esta fase.
¿Imposible una remontada del conjunto de Eriel Sánchez? No. Pero en la pelota hay errores tácticos (por pequeños que sean) y juegos claves que cuestan campeonatos. Y los Gallos no han podido vencer esas dos asignaturas, aunque el bronce asegurado abre un camino para una nueva generación de peloteros.
Estirpe de campeones contra arañazos de tigres
Si alguna impresión positiva hay que destacar en el match Granma-Ciego de Ávila ha sido la combatividad de ambos equipos para remontar marcadores. Por más trotes que dieron los Alazanes, siempre hubo arañazos de los tigres, aunque no les alcanzaron y cedieron por la mínima (3-2 y 9-8).
Los actuales campeones llegan hoy a casa de los avileños con menos tensión y dispuestos a regresar a Bayamo para discutir su cuarta final en los últimos seis años. Por cierto, cada vez que han llegado a esa instancia se impusieron: en 2017 frente a Ciego; en 2018 contra Las Tunas y el 2021 ante Matanzas.
Carlos Benítez es el capitán soñado con su bateo oportuno y liderazgo total (cinco empujadas y el único cuadrangular en semifinales), en una alineación que extrañaba a los Santos (Roel y Raico), y desde esta ronda a Francisco Venecia. Sin embargo, por cada ausencia crece la motivación en muchachos jóvenes como Darien Palma, y en los consagrados Guillermo Avilés, Osvaldo Abreu, Yulián Milán e Iván Prieto.
La dirección granmense no dudó en traer a Joel Mojena para conseguir la segunda sonrisa y tendrá ahora su staff más descansado para un play off que sería histórico para ellos de ganarlo, pues archivan tres derrotas en semifinales (50, 51 y 54 ediciones) ante selecciones avileñas.
Honor a quien honor merece para el equipo dirigido por Yorelvis Charles. No se darán por vencidos por muy dura que sea la tarea, liderado por Raúl González, Jorge Luis Contreras y Liosvany Pérez con mortíferas conexiones. Con excepción de Yander Guevara y Leomil González sus lanzadores no han podido cumplir la encomienda y por ahí se les está escapando la oportunidad de volver a figurar en un podio.
Más allá de las emociones y resultados, de estos vaticinios favorables a Matanzas-Granma, lo más trascendente continuará siendo la disciplina de peloteros y aficionados en los estadios. El incidente de Ariel Sánchez en tierra yayabera nunca debió suceder y el yumurino pidió disculpas a través de redes sociales.
Vivamos esta semifinal con batazos oportunos y actuaciones de leyenda. Con aplausos y felicitaciones. La 61 Serie Nacional, pasada por más lluvias que las deseadas, tendrá un campeón conocido… y parece que viene trotando.
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