En Cuba desde el 2019, a pesar de las complejidades económicas que atraviesa el país, se intensifica la política demográfica del Estado y el Gobierno, con el fin de beneficiar con viviendas a las madres (o tutores) con tres o más hijos menores de 17 años de edad.
Una de las estrategias ha sido mejorar el fondo habitacional de esas personas vulnerables, y así estimular la fecundidad de manera urgente y aumentar el número poblacional, afectado por la disminución de la natalidad.
Guantánamo, en tres años, ha beneficiado a 510 mujeres con las características que exige la política, y mantiene un acumulado hasta la fecha de más de tres mil madres identificadas, en espera de la protección que brinda el Estado a las cubanas en esa situación.
Aunque la más oriental de las provincias mantiene índices favorables de envejecimiento poblacional (es la segunda menos envejecida del país y entre las de mayor natalidad), ello no garantiza el crecimiento poblacional, condicionado por el hecho de que cada mujer llegue a tener dos hijos como mínimo, explicó Fredy Guzmán Lopeztegui, jefe del Departamento de Demografía, Censo y Encuesta de la Oficina Nacional de Estadística e Información en el territorio.
Por tal motivo es importante impulsar la política demográfica y tramitar el mayor número de casos posibles (madres con tres hijos o más) para estimular los nacimientos, algo en lo que insiste Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, con el fin de enfrentar uno de los más complejos retos de la nación: el envejecimiento de los cubanos.
Realidades
Claribel Guará Estévez no logra disimular la alegría y la sorpresa de tener por primera vez una casa propia. Hace más de una semana que se la entregaron: “Ahora tengo un hogar confortable con tres cuartos, cocina y baño enchapado, dos patios y cisterna”.
La madre, ama de casa de 36 años y con 10 hijos, de ellos cinco menores de edad, comenta que la vivienda situada en la zona norte de la ciudad, se la compró el Estado cubano, y si bien agradece poder vivir alejada de las condiciones precarias y de hacinamiento en que lo hacía hasta hace poco tiempo.
“Tuve que esperar bastante para tener mi hogar, la Federación de Mujeres Cubanas, el delegado de la comunidad y el Gobierno hace rato conocían de mi caso. Pero la realidad es que existe una larga lista de madres necesitadas como yo, y, por el momento la demanda supera las posibilidades de oferta de la provincia”, reconoce.
“Lo más importante es que ya tengo mi casa. Fue el regalo por el Día de las Madres”, apunta contenta Claribel.
Daimé Wentt Cabrera, responsable de tres niños varones de 11, siete y seis años de edad, también necesita una vivienda o terreno para construir, pero no ha corrido con la misma suerte que Claribel. Desde 2016 viene solicitando algún espacio, pero hasta la actualidad está en la lista de espera.
Profesora de Matemáticas, con más de 10 años en la secundaria Prudencio Martínez, dice que tiene hasta un expediente abierto en la Dirección provincial de Planificación Física, pero su caso aún no se ha resuelto.
“Tuve que alquilarme -confiesa la joven de 34 años- y lo peor es que pronto tendré que dejar de vivir en la renta, pues la dueña me dio el último aviso”.
Lo que dice la política
Controlar los indicadores demográficos es un aspecto vital para planificar la agenda de desarrollo de un país. De ahí que Cuba brinde especial atención al marcado envejecimiento poblacional, que aunque constituye expresión de la elevada esperanza de vida de los cubanos, constituye a la vez una variable desfavorable por los bajos índices de natalidad.
Entre las medidas para estimular los nacimientos está la compra de casas y la asignación de viviendas y recursos financieros para la construcción, rehabilitación, ampliación y remodelación de domicilios, así como brindar atención a las parejas jóvenes con uno o más pequeños, que presenten problemas habitacionales.
Dayamí Soria Latamblé, subdirectora de Control de Fondo y Mobiliario en la Dirección provincial de Vivienda en Guantánamo, explica que desde el 2019 se han destinado más de 11 millones de pesos para la política demográfica, y se han terminado 361 casas.
Según la subdirectora, los levantamientos subrayan a Baracoa, Guantánamo y El Salvador con las más altas cifras de casos, sin embargo podrían ser más, ya que los números se actualizan diariamente, apunta.
No todas las viviendas necesitan acciones constructivas, aclara Soria Latamblé, quien informa que en este año se han comprado ocho viviendas y se terminaron 18, de un plan de 240. Afirma que el principal retraso para la construcción de las casas ha sido el déficit de recursos de producción nacional como el acero y el cemento.
Debido a la escasez de materia prima se adoptaron nuevas normas como el acuerdo 9009 del Consejo de Ministros, del 20 de mayo del 2021, que permite la compra-venta de una vivienda con un costo de hasta los 300 mil pesos cubanos, siempre y cuando sea más rentable que construirla.
Dayamí Soria aclara que no es la Dirección de Vivienda quien autoriza las acciones constructivas y la entrega de casas, la máxima responsabilidad recae en los Consejos de la Administración Municipal.
Por su parte, Rafaela Mulgado Blanco, especialista Territorial de política del Consejo de la Administración Municipal en el Departamento de Inversiones, explica que la Dirección municipal de Salud en conjunto con el Ministerio de Trabajo y los delegados de circunscripción identifican a las mujeres con esas características, para así actualizar mensualmente la base de datos.
La especialista dice que la selección para recibir los beneficios se realiza por orden de prioridad, en dependencia de las necesidades de las madres. Primero están los niños con enfermedades críticas o necesidades especiales.
A todas las mujeres, añade Mulgado Blanco, se les da atención priorizada a través de los trabajadores sociales y los Consultorios del Médico de la Familia, mientras llegan las respuestas de sus solicitudes.
La funcionaria del Gobierno reconoce que ante el número creciente de las solicitudes y casos de madres con situaciones de vulnerabilidad, la respuesta ha sido insuficiente, pero con el programa de la atención a las comunidades esas mujeres tienen prioridad.
El hecho es que el programa en Guantánamo avanza con lentitud, y en ello pesan mucho las dificultades económicas existentes en la actualidad, pero también falta prever alternativas más viables (por ejemplo la adaptación de locales en desuso) para dar solución a una problemática que no solo afecta a la madres, sino también a los hijos.
Ciertamente muchos aspectos de índole económico, social y personal influyen en la decisión de procrear una nueva vida, pero urge una respuesta más rápida e integrada de los organismos responsables de estimular los deseos de quienes apuestan por la multiplicidad familiar.
(Tomado de Venceremos)