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Sin turistas el negocio no crece

Camagüey.— “Si se llegan a aplicar las nuevas medidas que anunció el Gobierno de Estados Unidos sobre Cuba, eso nos ayudaría un poco. Por ejemplo, los que tengan familias en el exterior recibi­rían más remesas y eso nos beneficiaría, tanto al sector privado como al estatal.

Rafael desea que se apliquen medidas que flexibilicen los vuelos hacia la isla. Foto: Gretel Díaz Montalvo

“También lo ha­ría el aumento del número de vuelos al interior de Cuba, lo cual nos beneficiaría con la llegada de ma­yor cantidad de po­tenciales clientes.

“Solo debemos es­perar que estas nuevas medidas no se convier­tan en promesas y se hagan efectivas para que ayuden a la econo­mía del país y a los pri­vados como nosotros”.

 

Los sueños de Rafael

Cuando hace unos cin­co años Rafael Leirós García materializó su sueño de crear el hostal San Rafael en la histó­rica plaza de San Juan de Dios, en el corazón de la ciudad de Cama­güey, no imaginó las vicisitudes que viviría.

De una gran afluencia de visitantes procedentes de Esta­dos Unidos que venían a la ciudad interesados en la observación de aves, en la pesca… y que se acercaban a su negocio y llenaban las habitaciones, pasó a no recibir a nadie.

“El recrudeci­miento de la política de la Administración Trump, confirma Ra­fael, y del bloqueo im­puesto a nuestro país nos afectaron conside­rablemente. Nuestros ingresos se redujeron a un 60 % y la operación del hostal impactó ne­gativamente.

“No estamos ubi­cados en la capital del país, sino casi al cen­tro, y cuando se re­dujeron los vuelos a nuestra nación y solo llegaban algunos por La Habana, todo fue peor, sobre todo cuan­do apareció la pande­mia de la COVID-19.

“Eso nos obligó a cambiar estrategias para poder sobrevivir. Nos reorientamos ha­cia el mercado interno, algo que no hacíamos. Tuvimos que abrirnos hacia los servicios gas­tronómicos con precios más bajos y diseñamos ofertas para la comer­cialización de las ha­bitaciones con servicio para lunas de miel o aniversarios de boda.

“Igualmente enta­blamos convenios con empresas estatales y con personal extranje­ro que trabaja aquí, así como con diplomáticos, quienes, cuando reali­zan viajes largos, des­cansan una noche en el hostal y luego promo­cionan nuestro negocio de boca en boca.

“Si no hubiéra­mos adoptado estas estrategias nos ha­bría ido peor”, subra­ya finalmente.

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