El equipo Domadores de Cuba irrumpió con éxito en el circuito profesional del boxeo al firmar seis triunfos en igual número de salidas (5 por nocaut) en el Palenque de la Ferie Nacional de San Marcos en la ciudad mexicana de Aguas Calientes.
En los súper plumas Osvel Caballero enfrentó al local Jhosman Reyes y lo superó por nocaut. El nuestro hizo buen uso de su jab de izquierda y su swing de derecha en los tres primeros rounds. A ello sumó una guardia cerrada que mezcló con efectivas combinaciones. El golpe definitivo, un gancho de izquierda cuando el reloj marcaba cerca de dos minutos en el cuarto asalto.
Igual definición encontró la porfía de los súper medianos donde Yoenlis Hernández fulminó en el tercer round al anfitrión Juan Carlos Raygosa. No fue un combate de muchos intercambios. Aún así el ganador aprovechó la poca movilidad de su rival (40 peleas como profesional) y a base de poderosos swines a la cabeza firmó la victoria.
La batalla de los súper ligeros se extendió a los seis asaltos. Lázaro Álvarez se encomendó a su tradicional libreto de constantes movimientos y efectivas combinaciones para triunfar por votación unánime sobre Francisco Mercado de México.
Brandon Pérez llegó con buenas notas a su encontronazo frente a Roniel Iglesias en los súper welters, pero el cubano con mayor variedad y velocidad en el ataque sometió a su adversario (México) por nocaut. ¿El golpe definitivo?, un poderoso gancho de izquierda a los 24 segundos del segundo asalto.
En los semicompletos Arlen López soltó un swing de izquierda a los 34 segundos del primer round y con espectacular nocaut desbarató las ilusiones del mexicano Fernando Galván.
Igual desenlace tuvo el pulso en los cruceros. Julio César la Cruz apenas sudó y dominó por nocaut en el segundo asalto al colombiano Deivis Cásseres, quien no mostró ningún argumento de calidad sobre el ring.
Varias notas de interés dejó la brega, resaltan que se logró el objetivo de ratificar el prestigio del pugilismo nacional, y la alta motivación a la hora de asumir un nuevo y exigente reto competitivo (es cierto que no fueron los mejores exponentes, pero dominan los pormenores técnico-tácticos a ese nivel, algo novedoso para los antillanos), se demostró que esta actuación podría incrementar la presencia de los criollos, incluso en carteles no ajustados al formato por equipos, y una que a nuestro entender puede impulsarnos más en el futuro: que no solo las primeras figuras deberían asumir el desafío, también otros boxeadores de interés (segundas figuras o terceras según los intereses del colectivo técnico) tendrían la posibilidad de probarse a ese nivel.
Es importante recordar que antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 los boxeadores clasificados cubanos a esa justa toparon con púgiles profesionales mexicanos con positivos resultados.