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RETRATOS: El oficio de su vida

Carmen Rita Alfonso Hernández ama a La Habana, disfruta el malecón y el azul del mar que tanta paz proporciona; gusta de los teatros y cines -aunque ya apenas va a esos sitios-, y, sobre todo, le satisface compartir con amigos y colegas. Sin embargo, aún siente nostalgia por la ciudad de Cárdenas, la cual la vio crecer.

Foto: Agustín Borrego Torres

Con una belleza singular, a punto de cumplir sus 87 años de edad, el próximo 22 de mayo, Carmita, como le dicen muchos de sus compañeros, recuerda con cariño los días de la infancia en la provincia de Matanzas. La novena hija del matrimonio integrado por Adolfo Alfonso y Luz María Hernández, sintió inclinación por las letras desde pequeña. “Escribía cuentos y poesías”, confiesa la reconocida periodista y aunque no conserva ninguna de aquellas incipientes obras, ahí estuvo la raíz de su futura profesión.

“Mi papá era plomero y hojalatero, pero le gustaba mucho la lectura, por eso procuraba, dentro de sus posibilidades, comprar libros y periódicos. Entonces nació mi pasión por la lectura”, apunta y afirma que los padres perseveraron para que sus hijos estudiaran y fueran hombres y mujeres de bien.

Rememora que alrededor de 1954 la familia comenzó a residir en la capital cubana y es con el triunfo de la Revolución que logra matricular en la Universidad de La Habana para estudiar Licenciatura en Periodismo, de lo cual se gradúa en 1966.

“Fui fundadora de la Revista Mujeres y posteriormente laboré en el departamento de Divulgación de la CTC, donde hacíamos un periódico que se llamaba Vanguardia Obrera, ahí estuve hasta el año 1967”, manifiesta y añade que fue también fundadora en 1974 de la Agencia de Información Nacional (AIN), en la actualidad, Agencia Cubana de Noticias (ACN).

Fueron años intensos, en los que tuvo el orgullo de conocer al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al Che Guevara, a Blas Roca Calderío, a Lázaro Peña González y a Vilma Espín Guillois, entre otras relevantes personalidades del acontecer político de la nación.

Un paso esencial en su desarrollo profesional fue la incorporación en 1987 al periódico Trabajadores, donde empieza a editar el suplemento sobre Salud, con el objetivo de educar a la población y a los trabajadores en la prevención de enfermedades. “Esa responsabilidad se mantuvo durante 25 años, hasta que me acogí a la jubilación”.

Su impronta en la literatura

Sencilla, de hablar bajo, presta siempre a dar un consejo a los jóvenes que se incorporan a la profesión, Carmita es de las que estimula a sus compañeros a que dejen su impronta en la literatura. Parte de su propia experiencia, pues ha presentado varios libros en diversas ferias.

Entre estos destacan Vietnam: sonrisa de valor y de victoria, La Habana, magia de mi ciudad, y 100 preguntas y respuestas sobre Cuba, este último reeditado en diversas ocasiones.

Otra obra de gran aceptación entre los lectores ha sido Aprender a ser saludables, en la cual hizo una selección de los temas más relevantes durante sus años de ejercicio en el periódico Trabajadores. Según declaró en una oportunidad, el objetivo de su libro fue contribuir a la educación de las personas “para que vivan con más calidad, menos padecimientos y mayor felicidad”.

Aunque decidió jubilarse en el año 2013, nunca ha dejado de escribir y colaborar con diferentes medios de comunicación. “Durante años mantuve una sección en la emisora Radio Rebelde en la que abordaba temas históricos. En la emisora Radio Coco tengo, desde el 2005, un espacio diario sobre la vida y obra de José Martí. Mi intención es dar a conocer el pensamiento revolucionario, patriótico, latinoamericano y antimperialista de nuestro Héroe Nacional, y, sobre todo, poner en evidencia que él, hasta su muerte el 19 de mayo de 1895, fue consecuente con sus ideas. Disfruto escribir sobre la historia de Cuba, es una forma de educar y enseñar sobre todo a las nuevas generaciones”.

Maestra de los periodistas cubanos, galardonada con la medalla por los 50 años en el ejercicio de la profesión, otorgada por la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Carmita insiste en que no puede abandonar su oficio porque la ayuda a soñar y a vivir. Por eso, cada día, entre los quehaceres del hogar, siempre tiene algún momento para sentarse ante su computadora e idear el próximo artículo.

 

 

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