El domingo 9 de mayo de 1960, segundo Día de las Madres en Revolución, Cuba se regaló a sí misma un hospital que ha devenido centro de referencia nacional para casi todos los servicios de asistencia pediátrica integral.
La instalación se había comenzado a construir en 1956. Cuatro años después la obra civil estaba concluida, pero no funcionaba. Conocedor de lo esencial que resultaría a los planes de cobertura médica total con que soñaba la triunfante Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro se interesó personalmente, relató el director de la instalación, el doctor Manuel González Fernández, a un grupo de sindicalistas franceses que los visitó recientemente.
Entre los elementos que los inversionistas dejaron pendiente estaban los ascensores. Es así que, en simbólico gesto, se decidió instalar uno de la tienda El Encanto, que días antes, el 13 de abril de 1960, había sido incendiada por la contrarrevolución, narró el directivo.
Hoy el William Soler se ha especializado en la atención al niño grave y en soluciones quirúrgicas complejas (malformaciones de las vías digestivas y alteraciones del tracto respiratorio, vías biliares, tumores de hígados y páncreas y malformaciones congénitas neonatales).
Al cierre del 2021, habían realizado 97 trasplantes hepáticos, con una supervivencia 87 porciento. En 21 de ellos se empleó la técnica de donantes vivos, es decir, se implanta en el niño una pequeña porción del órgano de uno de los padres o algún familiar cercano.
“Actualmente hay seis pacientes esperando para trasplante hepático — afirmó el doctor. González—, pero son víctimas sensibles del bloqueo de Estados Unidos, que impide, dificulta o encarece la compra de insumos imprescindibles en los mercados más cercanos. Solo el primer día de ese postoperatorio, cuesta unos 40 mil dólares, aunque para nuestros pacientes es gratuito”. Según referencias de medios internacionales, el tratamiento completo ronda el medio millón de dólares.
Otro servicio exclusivo del hospital es el de cirugía espinal. A pesar del incremento de los costos recibieron en el 2021 un instrumental moderno: “Hasta el momento tenemos el 100 % de sobrevivencia entre esos pacientes, aseguró mientras que en el caso de las operaciones oncológicas alcanzan el 90,5 %, y en el de malformaciones congénitas, 94 porciento”.
En junio de 1993 un equipo de profesionales del centro estrenó en Cuba las técnicas quirúrgicas de mínimo acceso. Hoy se emplean, como promedio anual, en el 31,22 % de los casos de cirugía mayor: “El 79 % son laparoscópicas y el 21 % toracoscópicas”, precisó.
En este punto de la historia, el directivo recordó nuevamente el rol del Fidel en el surgimiento y desarrollo del William Soler y otros hospitales de atención terciaria de salud: “Un día le comentamos que teníamos apenas cuatro camas para atender malformaciones congénitas cardiovasculares. Él investigó, como siempre hacía, y fue entonces que decidió construir el Cardiocentro Pediátrico William Soler”.
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-En 1966 comenzó a realizarse la cirugía neonatal y se crea el Instituto de Hematología e Inmunología.
– En 1967 el día 25 de noviembre, se abrió la primera sala de Terapia Intensiva Pediátrica de Cuba y posiblemente de América.
-En 1970 se creó el Servicio de Neonatología Intensiva por el Dr. Olimpo Moreno.
-En 1984 se inauguró el edificio del policlínico, trasladándose para allá el departamento de Archivo, Estadística y Fisioterapia.
-En 1985 se introdujo el Servicio de Gastroenterología, también se inaugura el servicio de endocrinología y el de Cirugía Maxilo Facial.
-En 1986 se inauguró el Cardiocentro Pediátrico William Soler.
– En 1993 comenzó a realizar cirugías con técnicas de mínimo acceso.
Una vez decretada la pandemia de la COVID-19 el hospital incorporó las medidas de bioseguridad establecidas por el protocolo cubano, gracias a ello no registró ningún evento de transmisión, ni entre pacientes y sus acompañantes, ni entre el personal de salud, algunos de los cuales reforzaron la atención médica y de enfermería de otras instituciones.
El incremento de los casos a nivel nacional en el verano del 2021, impuso la necesidad de habilitar una sala solo para niños enfermos de COVID-19, y en paralelo continuaron laborando en el centro de aislamiento del hotel Las Terrazas, que funcionó como extensión del hospital. El pico pandémico de la provincia de Matanzas también contó con la asesoría de médicos (2 intensivistas y 3 pediatras) del William Soler.
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Crecer a contracorriente
Tras más de 60 años de trabajo, el edificio ha sido reparado, mejorado y ampliado varias veces. En el último año, no obstante la situación económica por la que atraviesa el país, gastaron unos 12 millones de pesos (cup) en 17 acciones constructivas y de mantenimiento.
Entre las áreas beneficiadas destacan el Banco de Leche Materna; la sala de nutrición; la cocina del hospital y el comedor de los médicos; la sala 8 de Marzo, destinada a las madres que no viven en la capital y tienen hijos en cirugía; y el Centro Docente de Superación Quirúrgica, donde los especialistas se entrenan mediante cirugías virtuales.
“Todo este proceso inversionista ha sido una revolución dentro del hospital, afirmó el director de la institución, de la cual también salieron mejorados la fachada, el lobby, las salas de Oncología, trasplante, Rehabilitación y Terapia intermedia, así como el banco de sangre, las calderas y los departamentos de Electroencefalograma y Epidemiología hospitalaria, entre otras áreas”.
Donativo para los más sensibles
“¿Para qué está hecho un hospital pediátrico? Para salvar la vida de los niños. ¿Cuál es el más sensible de todos? El que pasó por un estado de gravedad”.
Con esas palabras explicó a Trabajadores el pediatra intensivista doctor Pedro Mestre Villavicencio, por qué el ofrecimiento de 20 mil euros realizado por sindicalistas de las federaciones de los trabajadores químicos, de energía y minas, y de transporte, afiliados a la Confederación General del Trabajo de Francia (CGT), fue destinado íntegramente al Centro de Neurodesarrollo y Atención Temprana, donde se da seguimiento a los niños que estuvieron graves.
“Nuestro Centro fue fundado hace cuatro años, empezó como un proyecto de investigación hace 22, y se ha convertido en una mecánica de trabajo para el seguimiento interdisciplinario a los niños que salen de las terapias intensivas neonatales y pediátricas”, aseguró el doctor Mestre, también jefe de Atención Médica Internacional del hospital.
El acompañamiento que ofrecen al paciente y a su familia se prolonga hasta 5 años después del egreso y va encaminado a favorecer el neurodesarrollo de los pacientes y también a educar a los padres.
“Entre los destinos del donativo de los trabajadores franceses se encuentran equipos específicos, como la cámara de estímulos multisensoriales, las escalas de evaluación, medios que contribuirán a la informatización del Centro”, concluyó el doctor Mestre, quien por estos días coordina además la Jornada de Atención Pediátrica William Soler con que la instalación celebra cada nuevo aniversario, y que esta vez estará dedicada a La Pediatría en tiempos de pandemia.
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Como cada año, el personal de salud del Hospital Pediátrico Universitario William Soler festeja su aniversario con una jornada científica, coordinado por el Dr. Pedro Mestre Villavicencio, en la que participan profesionales de todo el país e invitados extranjeros.
En esta ocasión, la Jornada de Atención Pediátrica William Soler sesionará entre el 11 y el 13 de mayo, volverá a ser presencial, estará dedicada a La Pediatría en tiempos de pandemia. Contará con videos, talleres, mesas redondas, y conferencias en las comparten sus saberes expertos de la institución anfitriona, el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri, Hospital Militar Central Dr. Luis Díaz Soto, Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), Instituto Carlos J. Finlay , y los hospitales pediátricos Juan Manuel Márquez y el de Centro Habana, entre otros
Entre las conferencias del primer día destacan Gobierno Hospitalario en tiempos de Covid, impartida por el Dr. Manuel González, director del Hospital; Epidemia de Covid-19: ¿Cómo influyen las enfermedades inmunoprevenibles a nivel mundial?, Dr. en Ciencias Sonia Recik Agüero, del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri; La atención del niño grave en Cuba, Dra. Bertha Lidia Castro Pacheco, presidenta de la Sociedad Cubana de Pediatría; Afección cardiaca en el Síndrome Inflamatorio multisistémico, Dr. Joan Johnson Herrera, presidente del Colegio de Pediatras de Yucatán, Mérida; Impacto de la COVID en pediatría, Dra. Lissette del Rosario López González, jefa del Grupo Nacional de Pediatría; El cerebro del niño en el hombre del mañana en la historia, las artes y la medicina, Dra. Isis Betancourt Torres, directora del Centro de Estudios de Histartmed; y Vacuna Abdala: Una promesa cubana, Dr. en Ciencias Verena Murcia, del Instituto Carlos J. Finlay; entre otras. [/note]
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