El cambio climático y el uso intensivo de la tierra con fines agrícolas están ocasionando una considerable extinción global de insectos, que ha provocado ya la reducción del 49 % de la población de estas especies en las zonas más afectadas del planeta, afirma un estudio científico recientemente publicado en la revista Nature.
“Muchos insectos parecen ser muy vulnerables a las presiones humanas, lo que resulta preocupante a medida que el cambio climático se agrava y las zonas agrícolas siguen expandiéndose”, afirman los autores de la investigación, realizada por el University College de Londres (UCL).
La disminución de las poblaciones de insectos perjudicaría no solo el medioambiente natural, donde los insectos a menudo desempeñan funciones clave en los ecosistemas locales, sino que también podría ocasionar perjuicios a la salud humana y la seguridad alimentaria, sobre todo debido a la pérdida de polinizadores.
Según sus autores, este es el primer estudio en identificar que la interacción entre el aumento de las temperaturas por el que transita la Tierra —originado por la quema de combustibles fósiles que realizan los humanos— y los cambios en el uso del suelo, está provocando pérdidas generalizadas en numerosos grupos de insectos en todo el mundo.
Para la realización de su trabajo científico, los investigadores combinaron datos sobre cambios de temperatura y de uso del suelo con datos sobre la biodiversidad de los insectos en más de 6 mil lugares diferentes de todo el mundo, acopiados durante un período de 20 años.
Al analizar esta información, descubrieron que en aquellas regiones que tenían una agricultura de alta intensidad y un calentamiento climático considerable, el número de insectos era un 49 % menor que en los hábitats más naturales sin calentamiento climático registrado, mientras que el número de especies diferentes era un 29 % menor.
Fueron las zonas tropicales las que registraron los mayores descensos de la biodiversidad de insectos relacionados con el cambio climático y el uso del suelo. Encontraron que, en las zonas con una agricultura de baja intensidad y un calentamiento climático considerable, el hecho de tener un hábitat natural cercano amortiguaba las pérdidas.
También hallaron que cuando el 75 % del territorio estaba cubierto por un hábitat natural, la abundancia de insectos solo disminuyó un 7 %, mientras que en zonas similares con solo un 25 % de cobertura de hábitat natural, la reducción ascendió al 63 por ciento.
Lo anterior se debe, según los expertos, a que muchos insectos dependen de las plantas para obtener sombra en los días calurosos, por lo que la pérdida de hábitats naturales podría hacerlos más vulnerables a la elevación de las temperaturas.
Afirman los científicos que el declive de los insectos debido a las acciones humanas puede ser incluso mayor de lo que sugieren los resultados de su labor, ya que muchas zonas con un largo historial de impactos humanos ya sufrieron pérdidas de biodiversidad antes del inicio del período de estudio. Además, el trabajo investigativo tampoco tuvo en cuenta los efectos de otros factores como la contaminación.
Asimismo, los investigadores también comprobaron que los insectos polinizadores son especialmente vulnerables a la expansión agrícola, por cuanto su población parece ser, en más de un 70 %, menos abundante en las tierras de cultivo de alta intensidad en comparación con los lugares silvestres.
“Nuestros hallazgos pueden representar solo la punta del iceberg”, afirman los investigadores, al no excluir que la situación real de la disminución de la biodiversidad de insectos sea aún peor que las reducciones bastante altas descubiertas en las áreas más impactadas de algunas regiones, particularmente en los trópicos.
De acuerdo con los autores del estudio, sus resultados ponen de manifiesto “la urgencia de adoptar medidas para preservar los hábitats naturales, frenar la expansión de la agricultura de alta intensidad y reducir las emisiones para mitigar el cambio climático”.
Una vez más, los científicos coinciden en alertar acerca del daño que ocasionan a la naturaleza de nuestro planeta comportamientos depredadores de la especie humana, al tiempo que reclaman emprender, cada día con mayor premura, las acciones indispensables para preservar la rica pero también indispensable biodiversidad de nuestra casa común.
(Con información de sitios web Ambientum, Agro Popular y BIOGUÍA)