Durante el 2021 los 254 apicultores de Camagüey supieron palear dificultades. La Covid-19 les diezmó la tropa en el campo y hasta los obligó a alejarse de sus colmenas, pero, aun así, las atendieron, las trasladaron para la costa y no dejaron perder las floraciones costeras.
En la ciudad, en tanto, también se conocía de sacrificios y de horas extras para, hasta bien tarde en la noche, garantizar la entrega de miel para exportación.
El pasado año fue duro, pero como explicó Omelio Barba Alonso, director de la entidad agramontina, “nos crecimos y superamos los obstáculos. Así fue como de 835 toneladas planificadas, alcanzamos 913 y sobre cumplimos, además, la entrega de propóleo y de otros productos; y crecimos, que es algo muy importante y muestra eficiencia. Esa unidad y entrega fue lo que nos ayudó a alzarnos como vanguardias nacionales.
“Esta bandera es un orgullo y un honor, que nos motiva y genera, a su vez, un compromiso. Camagüey tiene potencialidades para seguir avanzando y llegar a las mil toneladas, ese récord histórico que se logró en 1983”.
Los apícolas camagüeyanos acaban de recibir el estandarte y ya están pensando en no perder la condición, por lo que, como aseguró el directivo, continuarán trabajando en la atención especial al hombre.
“Los apicultores, agregó Barba Alonso, son los que producen, por lo que debemos conversar mucho con ellos, tratar de resolver sus problemas. Un punto a nuestro favor ha sido la Tarea Ordenamiento que nos benefició en el pago de la miel y ahora una tonelada con calidad exportable se paga en 35 mil 280 pesos y se le dan, además, 600 MLC como estímulo”.
Durante el acto, Julio Velázquez Ávila, delegado provincial del Ministerio de la Agricultura, aseguró que esta es una de las entidades camagüeyanas que más destacan en su actuar. “Los apícolas camagüeyanos son de los que garantizan un producto, que es fundamental para la economía y la medicina, a golpe de sacrificios y esfuerzos”.
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