Mientras la COVID-19 hacía sus mayores estragos y obligaba al confinamiento, un grupo de nueve actores holguineros se las ingeniaron para introducir su arte (cuentos) en los hogares y mantener felices a familias de todo el país y sobre todo a sus integrantes más pequeños.
Ese significativo aporte cultural en tiempos tan difíciles lo hicieron los integrantes de la Compañía de Narración Oral «Palabras al Viento», quienes recibieron por tanta entrega la Placa «Unidos los que aman y fundan», que por única vez otorga la Central de Trabajadores de Cuba.
Durante la entrega del estímulo, realizada en la Casa del Cuento, sede de la compañía ubicada a los pies de la emblemática Loma de la Cruz, Fermín López Hernández, director de «Palabras al Viento» explicó que durante el período sanitario más complejo se dieron a la tarea «de crear varios espacios para acompañar a la familia holguinera, en un principio, los cuales se extendieron luego por Cuba y otros países».
Argumentó que lo primero que se les ocurrió fue crear un espacio llamado «Cuentos de 10 a 12», y que consistía en narrar historias por vía telefónica. «Las personas llamaban y siempre había un narrador aquí en la Casa esperando para narrar un cuento.
En un momento tuvimos que habilitar una extensión y poner otro narrador, porque se llegaron a contar hasta 20 cuentos diarios», subrayó Fermín.
«Después creamos el espacio «Cuentos vía Whatsapp», que aún se mantiene, ahora los sábados, pero que inició de forma diaria. Mandábamos cuentos a varios municipios de Holguín, a varias provincias, y llegamos a mandar a México, Chile y algunos se radiaron en en Ciego de Ávila, Santiago de Cuba y hasta en Mar del Plata», rememoró.
Y el último espacio que concibieron para palear la tristeza en los hogares fue junto a Radio Holguín, desde donde se contaba todas las mañanas un cuento en vivo, que el público agradecía mucho.
La reconocida compañía holguinera llegó a concretar en esa etapa préstamos de libros a domicilio e incluso sirvió de ayuda a varios niños atendidos por logopedas y a quienes les narraron cuentos en donde predominaran las letras R y S.
«Fueron jornadas de trabajo muy intensas porque el repertorio se iba acabando. Pero fue un momento de acercamiento a nuestro público que vamos a recordar siempre porque nos obligó a buscar otras maneras de llegar a la familia holguinera y cubana», destacó el director.
