Anda de cumpleaños el Parque Lenin. Este 22 de abril conmemora su cincuentenario. De igual modo están Caridad María Rivero Fernández y Sarah Chávez García, y no precisamente porque la fecha del nacimiento de ambas coincida con la del advenimiento del amplio paraje verde para el disfrute de la familia cubana.
Como fundadoras y aun en activo, en ellas anida esa fusión de regocijo y remembranzas, no sin asomo de nostalgia por el tiempo transcurrido.
Viajan entonces la memoria. Eran muchachitas –en mayoría veinteañeras- cuando comenzaron allí. “ Yo estaba en la fábrica de cigarros Agrarios. Había tres turnos de labor y planteé que no podía continuar trabajando porque tenía niños pequeños y me resultaba complicado atenderlos”, expresa Caridad.
“Unas compañeras me orientaron que a través de la Federación de Mujeres Cubanas solicitara una beca para un curso de gastronomía con vistas al Plan Bosque, en el poblado de Calabazar, en 1970. “Luego me enviaron a lo que sería el Parque Lenin, específicamente al área de la cafetería El galápago, para la siembra de flores”, precisó.
La impronta de la Heroína de la Sierra y el Llano, Celia Sánchez Manduley e inspiradora de la idea de crear este sitio recreativo y cultural, aflora en el recuerdo.
“Un día alguien dijo: ¡Miren, por ahí está Celia! y fuimos hacia donde se encontraba ella. Era habitual verla en un yipi recorriendo las obras del Parque. Nos preguntó cómo nos sentíamos y qué hacíamos. Fue una tremenda alegría para todas nosotras que nos dedicara unos minutos, saludarnos y conversar”, rememora
Después de aquel encuentro, Caridad se incorporó al centro de elaboración de alimentos donde labora como maestra panadera, hace 50 años.
Responsabilidades en el sindicato y en el Partido forman parte de su trayectoria. “Aquí estamos y con deseos de hacer. Nuestros trabajadores aman al Parque Lenin. No hay una tarea que decidamos hacer que no la enfrentemos con la mayor responsabilidad del mundo porque con nosotros se puede contar”, subrayó.
“¿Tía, mire que usted lleva años aquí?. ¡Qué bueno verla!
Entre el asombro y la admiración, no pocas veces Sarah Chávez García, gastronómica de la cafetería El galápago, ha escuchado esa frase proveniente de usuarios que en diferentes etapas visitaron esa instalación y luego de mucho tiempo han regresado allí y la saludan cariñosamente al reconocerla.
Tenía 22 años de edad cuando llegó a los orígenes del Parque Lenin. Con anterioridad trabajaba como dependienta de una tienda mixta en el actual municipio artemiseño de Bauta, contrajo matrimonio y se trasladó a La Habana.
Su casa, muy cerca del Parque, fue la posibilidad para incorporarse a las obras que allí se ejecutaban y pues había falta de fuerza de trabajo.
“Mucho antes de la inauguración, realizábamos tareas de limpieza y siembra de plantas ornamentales. En una de esas jornadas, vimos a Celia y se acercó las que estábamos allí. Era una persona sencilla, de una gran ternura y muy exigente. Frecuentaba sentarse al pie de un árbol cercano a la Galería de Arte y revisaba documentos”, comenta.
“Nos habló de hacer un jardín con la flor llamada Mariposa blanca y explicó su significado como flor nacional de Cuba. Así lo hicimos. Me alegraría que rescataran esa área”.
Tras un tiempo desempeñando funciones administrativas, Sarah solicitó ocupar la plaza de dependienta gastronómica. “Y ahí me mantengo”, dijo sonriente al agregar que en este momento no ofertan el servicio a la mesa sino para llevar.
Han transcurrido 50 años. Van y vienen los recuerdos. Con toda pasión afirmó: “el Parque es parte de nuestras vidas. Lo vimos nacer y crecer. Nada ni nadie nos lo va a sacar de nuestros corazones. Le pido a quienes comienzan hoy –especialmente a la juventud- que lo cuiden con sentido de pertenencia”.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.