Un profundo y enérgico debate sobre la situación actual y las perspectivas de la zafra constituyó el Balance anual del Sindicato de Trabajadores Azucareros (SNTA) al decir de Juana María Blanco Santos, Heroína del Trabajo y jefa de la finca de autoconsumo de la UBPC Guayos, de Sancti Spíritus.
Juana criticó las chapucerías que se hacen en la siembra de caña: “he visto en la televisión que cogen un mazo de cañas y lo entierran, en lugar de regarlas sobre el surco; ¿cuánta semilla se empleará para plantar una hectárea?; están derrochando un recurso valioso y escaso, que es la base de la producción azucarera”.
Recordó la valentía de aquellos dirigentes sindicales que lucharon para conquistar el derecho a la jornada de 8 horas, y hoy en muchos lugares no se labora ni siquiera la mañana; “tenemos que enfrentar las manifestaciones de indisciplina y el delito que subsiste en el sector.
Y afirmó que no son necesarias clases para hablar del funcionamiento sindical. “Sindicato significa que al hombre hay que tratarlo con amor, hablarle, ponerle la mano en el hombro, no obligarlo”. Y citó el ejemplo de la finca que administra, que es altamente rentable; ya cumplimos con las utilidades, la fuerza laboral es estable y nadie se va, porque tienen comida, salario, mucha exigencia y las atenciones que merecen”.
Los análisis se enfocaron, además, hacia conductas que transgreden los valores en un sector decisivo de la economía y la cultura de los cubanos: el robo de azúcar y otros productos dentro de los propios centrales, algunas veces con “la vista gorda” de quienes tienen que enfrentarlo.
Varios de los participantes en el balance contaron anécdotas o admitieron que estos hechos, junto a la falta de caña constituyen los dos problemas que más freno ponen a la producción azucarera. Casi al cierre del cuarto mes del año se incumplen los planes de siembra de la gramínea, y de la que se planta hoy dependerán las próximas zafras.
Aun con todas las medidas aprobadas para transformar la vida de los trabajadores, hay trabas que laceran el espíritu y las motivaciones, así lo reflejó Alexis Plutin Castellanos, presidente de la UBPC Alfonso Escalante, enclavada en el municipio El Salvador, de Guantánamo al enumerar todas las gestiones que deben hacer para sacrificar un vacuno, cumpliendo el cúmulo de requisitos que les han impuesto, y “hasta porque le falta un tarro al toro, te viran y no puedes venderlo: ¡esa es comida para el pueblo”
Sobre los retos que tiene el sector, William Licourt González, secretario general del SNTA comentó: “tenemos que preparar a los trabajadores para el cumplimiento de las 93 medidas aprobadas para salvar el sector y los Lineamientos del 8vo Congreso; lograr que las 57 empresas agroindustriales que se crearon sean eficientes (todas surgieron con pérdidas), que la base productiva sea rentable, elevar los rendimientos agrícolas (en 130 entidades están por debajo de las 30 toneladas por hectárea).
Sobre el delito, Sergio Rodríguez, funcionario del Comité Central del Partido enfatizó “es un problema político, como lo es no usar cascos en los ingenios; es denigrante que nos roben, y que algunos jefes no quieran enfrentarlo”.
Tanto el informe central como la intervención de Antonio León Mursulí, director de capital humano del Grupo Empresarial Azucarero reflejaron las complicaciones de la actual zafra, que golpeada por la falta de recursos, indisciplinas e ineficiencias dejará mucho que desear de lo que necesita el país.
Leobanys Ávila Góngora, miembro del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) instó a los cuadros y dirigentes sindicales a atemperarse a las actuales circunstancias del país, y afirmó que la batalla económica e ideológica pasa por el funcionamiento sindical.
Llamó a la unidad y la vinculación con los trabajadores en todos los espacios posibles e incorporar a los jóvenes. “No acabamos de transformar la asamblea de afiliados y trabajadores; la principal traba del sector está en la forma de pensar y actuar de los dirigentes”.
Concluyó que con resultados, más azúcar y caña sembrada podrán celebrar el Día Internacional de los Trabajadores, propiciando la participación de los azucareros y sus familiares en las comunidades, los municipios, las cabeceras provinciales y en la Plaza, junto a los líderes de la Revolución.
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