En cinco años desde su incorporación Jorge Diez Medel pasó de pailero B a la categoría de A, con homologación internacional y la responsabilidad de jefe de brigada en el taller de Prototipos. “El primer equipo siempre lo hago yo”, explicó este trabajador capitalino de la unidad empresarial de base (UEB) Constructora de Equipos Mecánicos, de la Empresa Industrial Ramón Peña (ERP).
Esa capacitación tan específica requiere que la certifiquen entidades especializadas externas, a lo cual la UEB dedica anualmente más de 15 mil pesos, uno de los aspectos que recoge el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) de la empresa Ramón Peña, perteneciente al Grupo Empresarial de la Industria Sidero Mecánica y al Sindicato Nacional de Trabajadores de Industrias (SNTI).
Para soldadores y paileros obtener tal categoría les reporta 685 pesos adicionales de salario, además de lo que representa para la gestión comercial y de la calidad en la industria. “Cuando al cliente le dicen que estamos homologados, lo ve como una garantía de que el trabajo saldrá bien”, adujo Diez Medel.
Este es solo uno de los tantos beneficios concretos que arroja la negociación colectiva entre la administración y el sindicato, proceso no exento de complejidades que recientemente concluyó en la ERP con la firma por ambas partes de su CCT.
Lo más complicado: el dinero
“Nuestras tres UEB tienen una tecnología, procesos y cargos semejantes, lo cual facilitó la actualización del documento para toda la empresa”, razonó Lourdes Esther Torres Ferrer, directora general de la ERP, al explicar que también existen especificidades en cada fábrica, propias incluso de cuando eran entidades independientes.
“El Convenio es la ley propia de la empresa Ramón Peña, a partir de lo dispuesto en el Código de Trabajo”, resumió la directiva, al evaluar su actualización como un proceso no tan difícil, pero sí trabajoso, por la cantidad de cambios que requirió a partir de las potestades que ahora tiene el sistema empresarial.
Lo más complicado, refirió Yanelis Rodríguez Torres, secretaria general de la sección sindical en la dirección de la empresa, “fue el tema del dinero”. Los requisitos para la distribución trimestral y anual de las utilidades y la estimulación moral y material requieren particular atención al convenir cada detalle.
En este último asunto, a las variantes más tradicionales de estímulo para sus trabajadores destacados, como reconocimientos individuales ante el colectivo o las familias, añadieron la posibilidad de emplear las ganancias de la empresa, por ejemplo, en compras de útiles del hogar, actividades recreativas y hasta reservaciones turísticas.
Al respecto, Dailín Barrero Castillo, especialista en Recursos Humanos de la ERP, hizo notar la amplitud de lo pactado, pues el nuevo CCT posee 29 anexos sobre disímiles asuntos, a partir de los lineamientos generales que trazó el SNTI, que establecen un mínimo de 24 aspectos que no pueden faltar.
Resulta interesante que en el caso de la ERP, por tener una de sus tres UEB fuera de La Habana, en la provincia de Artemisa, el CCT lo firmaron la administración y el propio sindicato nacional, como una garantía de su representatividad.
“La principal transformación es que ya no recibimos financiamiento por un encargo estatal, sino que tenemos que buscar nuestros propios negocios y fuentes de ingresos”, aterrizó Sergio Mederos Fernández, director de la UEB Constructora de Equipos Mecánicos.
Solo esa fábrica vendió el pasado año más de 19 millones de pesos, de 16 que concebía su plan, lo cual explica la importancia que ahora tiene lograr encadenamientos productivos con todos los actores económicos estatales y privados, para diversificar su cartera de clientes y garantizarle trabajo y salario a todo el colectivo.
En ese sentido, un elemento novedoso que el CCT incorpora es la aplicación del Decreto 53 del Consejo de Ministros, que permite remunerar a los trabajadores sin aplicar la escala salarial del país, una prerrogativa para la cual la ERP ya posee autorización y que prevé implementar en el segundo trimestre de este año.
Documento para el trabajo diario
“Me gusta el desafío de lo nuevo, lo difícil”, expresó Roide Rodríguez Rodríguez, destacado integrante de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir), quien también valora el aporte económico que las inventivas pueden significar para la empresa y el propio trabajador.
El trabajo de la Anir, el movimiento del Foro de Ciencia y Técnica, son aspectos a los cuales el Convenio de la ERP también presta atención, por su relevancia en una industria que debe lidiar con escaseces, tecnologías antiguas y necesidad de crear productos novedosos.
Entre los equipamientos más recientes de sus ingenieros e innovadores Rodríguez Rodríguez nos mostró una máquina ensiladora para hacer pacas de pasto, que ya la Agricultura comenzó a encargarles.
La fabricación de las carretillas portaequipajes que requieren los aeropuertos, partes y piezas para motos y triciclos eléctricos, carros de cosecha para las casas de cultivo, así como la reparación de los sistemas hidráulicos de grúas sobre neumáticos, son otros renglones que buscan sustituir importaciones e incrementar las ventas en beneficio de su colectivo.
Gracias a tales iniciativas productivas, la ERP mantiene en el Convenio el almuerzo, servicio al que no pocas industrias tuvieron que renunciar en tiempos recientes; y otros aseguramientos con dificultades, como la ropa y los medios de protección, esenciales para garantizar la seguridad y salud en el trabajo.
“Todavía la preparación sindical para este proceso no es suficiente. La voz cantante la tiene siempre la administración, y no debería ser, porque al fin y al cabo estamos en igualdad de condiciones para firmar el CCT”, valoró la directora de la empresa, quien le da gran importancia a esa contrapartida. “Un sindicato bien preparado nos facilita mucho las cosas, permite avizorar cualquier dificultad”, expresó.
“Cuando se va la corriente eléctrica, la gente sabe que a las dos horas de una interrupción el Convenio establece darles salida a los trabajadores”, apuntó por su parte Barrero Castillo, al ejemplificar cómo allí hacen valer desde la base la letra del documento.
La actualización del CCT ha sido abordada en los matutinos en varias ocasiones y su cumplimiento tendrá que ser objeto de atención sistemática en las asambleas de afiliados mensuales, dijo Yanelis Rodríguez, por la sección sindical, al opinar que la práctica dirá la última palabra, “aunque hasta ahora todo está bien”.