“Los jóvenes cubanos están construyendo su propia historia, en tiempos difíciles, con un bloqueo recrudecido, una agresividad imperial intensa y cuando todavía estamos superando los efectos de la pandemia de COVID-19 y una crisis mundial que se agravó más en estas condiciones”, manifestó este domingo Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República.
Al concluir un trabajo voluntario en la finca El Valiente, de la Empresa Agropecuaria Metropolitana, en el municipio de Boyeros, Díaz-Canel felicitó a la Unión de Jóvenes Comunistas y a la Organización de Pioneros José Martí, en ocasión de sus respectivos aniversarios 60 y 61, al resaltar que son organizaciones que han tenido participación en la construcción socialista en diferentes momentos y con diferentes exigencias.
“Las epopeyas de la Juventud están presentes en los momentos actuales”, enfatizó el dirigente, quien resaltó el papel de las nuevas generaciones en el enfrentamiento a la COVID-19, “en los lugares más complicados, en las zonas rojas, en los barrios, en las colas.
“Fueron los jóvenes también quienes salieron a la calle a defender a la Revolución cuando nos quisieron desestabilizar nuestra sociedad”, recordó el mandatario en relación a los hechos vandálicos del 11 y 12 de julio pasados.
Hizo referencia además al objetivo de establecer una política integral para la niñez y la juventud, para lo cual ya está en marcha un diagnóstico profundo, a partir de académicos, expertos y los estudios existentes en centros de investigación y universidades. “Pronto vamos a tener un primer esbozo de ese diagnóstico, para poder trazar políticas públicas que favorezcan el desarrollo integral de nuestra juventud”, adelantó.
Mencionó como un proyecto que tiene ya ese enfoque el Código de las Familias, por las protecciones que contiene para la niñez y la juventud, en las relaciones con sus padres, para evitar la violencia intrafamiliar y defender los derechos de todos sus integrantes.
No trabajar por consignas
La siembra de tres hectáreas de yuca y maíz durante esta movilización dominical matutina junto con un centenar de jóvenes fue una forma productiva de celebrar, en lo que Díaz-Canel denominó una oportunidad para “reverdecer laureles”.
Exhortó a no asumir el trabajo voluntario como consigna, sino que siempre responda a un objetivo, con un aporte económico y formativo. “A veces lo organizamos mal y se pierde la motivación, porque la gente lo ve como perder tiempo”, censuró.
El Presidente destacó que Fidel y Raúl siempre acudieron a los jóvenes, confianza que se mantiene. Al respecto, explicó que hoy existen tres pilares de la gestión del Gobierno y del Partido, la comunicación social, la informatización de la sociedad —ahora transformación digital— y la ciencia e innovación, donde la avanzada corresponde a la juventud.
Puso de ejemplo a los jóvenes que participaron en los equipos de creación de las vacunas contra la COVID-19 y los respiradores pulmonares, de quienes narró varias anécdotas que evidenciaron su alta entrega y calificación.
“Hay que escuchar los criterios de los jóvenes cuando se establecen políticas públicas y leyes”, apuntó Díaz-Canel, y llamó a quienes dirigen a pensar siempre en espacios de participación para la ciudadanía, y en particular para la juventud.
“Eso es parte de la resistencia creativa a que estamos llamando, sabiendo que el bloqueo seguirá recrudecido, porque la actual Administración estadounidense no tiene la capacidad ni la voluntad política para ir a una situación distinta en relación con Cuba”, valoró. Ante esa realidad, expresó que “no nos podemos quedar con los brazos cruzados. Con talento, esfuerzo, inteligencia y convicciones, además de sacrificio, vamos a avanzar”.
El Presidente cubano repasó los principales hitos en el enfrentamiento a la pandemia durante los últimos dos años, como resultado de esa concepción. “No solo resistimos, sino que nos crecimos. Hicimos innovación con nuestras vacunas, expresión de talento y dedicación.
“Si ese concepto, convicción y anhelo; esa fuerza que tenemos, la llevamos a todo, ¡qué no podremos hacer!, aunque nos aprieten más”, enfatizó, al resaltar el protagonismo de los jóvenes para liderear esos procesos.
La juventud y la emigración
Al referirse a la emigración y su impacto en la juventud, el mandatario explicó los antecedentes de ese fenómeno desde antes de 1959, e hizo alusión a la intencionada politización del tema en el caso de Cuba. “La Revolución nunca ha estado opuesta a la emigración legal, ordenada y segura”, aseveró, al denunciar que ha sido el Gobierno estadounidense el que siempre ha alentado la emigración ilegal.
Recordó todas las campañas al respecto, desde la fuga de los esbirros de Batista y la Operación Peter Pan, hasta las crisis migratorias de los 80 y 90, como consecuencia de las limitaciones impuestas por los Estados Unidos.
“Se firmaron acuerdos migratorios que han estado incumpliendo todos estos años”, reiteró Díaz-Canel, al hacer referencia al compromiso pendiente de otorgar no menos de 20 mil visas anuales, en contraste con la flexibilización por parte de Cuba de las leyes migratorias.
Explicó que muchas personas que se convierten en inmigrantes ilegales salieron de Cuba legalmente y se preguntó: “¿Dónde entonces está la causa, la razón, la perversidad, la manipulación?”.
Admitió que le resulta doloroso que haya jóvenes que consideren no poder desarrollar su proyecto de vida en el país, por lo cual emigran. “Lo lograremos en la misma medida que impulsemos todo lo dicho”, indicó.
No obstante, matizó que no se debe generalizar, porque también hay quienes quieren probarse en otra realidad y no están rompiendo con su patria, pues su aspiración es mejorar y después regresar. Por ese motivo criticó a los Estados Unidos por no cumplir los acuerdos migratorios y alentar una práctica que ha costado la vida a numerosos cubanos, ya sea en manos de traficantes de personas o por intentar viajar en embarcaciones rústicas, una política que calificó de “muy hipócrita, de doble rasero, perversa, malvada.
“Es tiempo ya de que el Gobierno de los Estados Unidos se deje de manipulaciones, de estar tergiversando los hechos, de seguir poniéndole presión al tema de la emigración”, precisó Díaz-Canel, quien hizo menciones a las actuales presiones sobre un grupo de países para que limiten el visado a los cubanos, mientras continúa vigente la Ley de ajuste y el estímulo para quienes lleguen por vía irregular, con un tratamiento diferenciado al resto de los emigrantes.
Resaltó además el acercamiento a la comunidad cubana en el exterior, con la cual se trabaja para buscar un consenso sobre cómo ordenar y darle un carácter lo más normal posible a la emigración. “Ello dependerá de que maduren las condiciones, que haya una responsabilidad del Gobierno de los Estados Unidos y que Cuba mantenga la firmeza de sus posiciones. El diálogo tiene que ser de ambos lados, con respeto y sin fracturar nuestro derecho a la autodeterminación, independencia y soberanía”.
Al concluir las labores, Miguel Díaz-Canel intercambió con los presentes en el trabajo voluntario, con quienes abordó temas como la atención a los jóvenes en los colectivos laborales, la participación en los programas de ciencia, innovación y medio ambiente; y el aporte juvenil a políticas sociales como la lucha contra la discriminación racial, la homofobia y la violencia de género, así como todo lo que contribuya a la unidad y prosperidad de la nación.