“La Comisión Nacional de Atención a Atletas (CNAA) no está atendiendo a las glorias deportivas como debe ser”, expresa con cierto pesar en la sala de su casa Silvio Leonard, subcampeón olímpico de los 100 metros planos en Moscú 1980, quien asevera que han decaído en algunas labores que les están asignadas.
La idea de la CNAA nació en el año 2000 para brindar apoyo en lo material y profesional a deportistas, médicos, federativos y otros protagonistas que hayan contribuido al desarrollo de nuestro deporte, así como a sus familias.
Sin embargo, ¿existe una actualización constante en cuanto a los retos a afrontar?, ¿reciben todos la misma atención?, ¿cuántos permanecen en el olvido y desligados del reconocimiento?, ¿en todos los territorios del país se les reverencia como debe ser?, ¿qué puede pesar más, lo material o la necesaria dosis de sensibilidad y cariño en tiempos difíciles?
Estímulo moral vs. estímulo material
La exbasquetbolista Regla Hernández fue una de las pioneras en este empeño y reconoce sus imperfecciones: “Muchos nos involucramos. Hubo un tiempo en que fui miembro de la CNAA y siempre teníamos nuestras preocupaciones, pero realmente el avance no es lo que se esperaba.
“Fue una gran idea, pero resulta difícil, porque la gente piensa que la CNAA va a resolver el problema de tu vida y no es así. Quizás la filosofía iba por el camino de crear un sistema para mejorar índices de calidad de vida”, plantea.
“Opino que quienes tratan esos temas no les interesa porque no son medallistas olímpicos. Eso no lo inventé yo. Fue el Comandante en Jefe quien dijo que las medallas olímpicas se pagaban como un estímulo por una gran trayectoria”, manifiesta Leonard, y añade que el ordenamiento monetario aplicado por el país lo afecta.
“Antes recibía 200 CUC por mi plata olímpica. Ahora 4 mil 800 pesos. ¿Por qué no ponen en mi tarjeta el equivalente a los 200 CUC en MLC? ¿Qué son cerca de 5 mil pesos por una medalla olímpica? Creo que somos los únicos que la pagan de esa manera”.
Esta experiencia también la ha vivido el expelotero y árbitro Germán Águila: “A veces prefiero no decir nada para no herir. Las palabras pueden hacerlo. Conmigo no han sido como deberían. Todo lo que está acá lo he logrado con mi esfuerzo”, ratifica señalando hacia las paredes y el techo de su casa en el capitalino municipio del Cerro.
“Conozco de otros veteranos olvidados. Lázaro Martínez es uno de ellos. Se está quedando ciego. Jamás pensé que estaríamos así. Es responsabilidad de las personas que fueron designadas para esa labor. Jamás ha venido nadie de la CNAA. Solo vienen los amigos. Yo nada más he dedicado mi vida a trabajar”, subraya.
“No te puedes enfocar en lo material, porque no hay para todo el mundo, quizás hay que hacer una mejor distribución, esa es la queja o el reclamo”, explica Hernández.
“Estamos luchando porque se reconozca esa medalla de plata o bronce centroamericana que desde el punto de vista monetario no tiene peso, pero un atleta está años preparándose para alcanzar esa presea y pasa mucho trabajo y sacrificio para obtenerla. Eso hay que reconocerlo y darle un valor al esfuerzo, porque no solo es el olimpismo y la élite. ¿Por qué siempre son los mismos estimulados? ¿Por qué no se tiene en cuenta a otros atletas con resultados…?”, reflexiona la otrora baloncestista.
Con esta opinión coincide Silvio Leonard: “No quiero mencionar nombres. Son un grupito y cuando miras tienen las mismas medallas que uno. Incluso para asistir a eventos y actividades la CNAA tiene a su gente”.
¡Retos titánicos!
La exbasquetbolista Judith Águila asumió el mando de la CNAA hace poco más de un año, tras el deceso de Tomás Herrera, y es una voz autorizada para tratar el tema. “Nuestro objetivo fundamental es el encargo social de la atención a los atletas activos y retirados, figuras relevantes, doctores en ciencias, glorias del deporte y entrenadores. Estamos en el compromiso de continuar el trabajo anterior y tratamos de ir mejorándolo, porque la atención hay que rescatarla en toda Cuba.
“Es un trabajo de equipo, no solo de la CNAA, sino desde el consejo de dirección del Inder hasta los directores provinciales y las estructuras que de una forma u otra pueden aportar”.
Jorge Luis Barcelán lleva algún tiempo al frente de las pesas cubanas y reconoce que, aunque se han gestionado soluciones, todavía existen limitantes. “En nuestra comisión hemos recibido llamadas y sugerencias para elevar más la atención de las glorias. Ellos entregaron su vida al deporte cubano. Lo merecen. Lo ideal sería contar con mayores recursos, pero la economía no pasa por su mejor etapa, lo cual afecta varias ideas.
“Recientemente falleció un compañero que fue comisionado nacional de pesas. Se realizaron las gestiones y se solucionó el entierro en el panteón de las glorias deportivas. Su familia no tenía la posibilidad de un panteón. Fue algo positivo”.
Sin embargo, a finales del 2021 el expesista Alberto Blanco, bronce olímpico, reveló a nuestro periódico su descontento por el trato recibido: “De la CNAA nunca han venido. Ni una vuelta me dan. No me conocen. Creo que se burlan. Esta experiencia es dura”.
Regla Hernández afirma que la función de visitar a las glorias existe, pero se ha quedado en la intención: “Falla el proceso. Hay miembros que deben atender los municipios, porque para eso se les paga, no para ir nada más a las actividades. Tienen que tocar las puertas, interesarse por el estado de esas personas, sus problemas, y se necesita un registro de todo eso”.
Por su parte, Arnaldo Rodríguez, nuevo comisionado nacional de tiro, expone que en varias ocasiones los procedimientos están mediados por la voluntad. “Se ha hecho bastante. Primero es el estímulo moral, la atención a ellos y a sus familias, las llamadas telefónicas. Han venido cosas muy importantes para nuestras glorias deportivas y está en proceso una nueva política de estimulación salarial.
“Cada comisión nacional debe tener una atención con los atletas y un programa de acción. Puede que el estímulo material no esté por la situación del país, pero lo espiritual debe mejorarse: invitarlos a actividades y entrenamientos.
“Lo que está establecido es hacer una atención integral a las glorias deportivas. Hay que tener la voluntad y recompensarlos como merecen y no tiene que ser solo con los atletas, hay trabajadores que llevan treinta años en un deporte y merecen ser distinguidos”, señala.
Leonard lamenta que a veces la sensibilidad se pierde y las glorias sufren. “He llegado a varios centros del Inder y no de la mejor manera me preguntan que a dónde voy, que quién soy. Me ha pasado en la misma Ciudad Deportiva. No solo a mí. Conozco distintos casos y ellos prefieren no hablar.
“Mi familia me dice a veces que no me queje, pero expreso mi malestar ante la prensa cubana. No ando por ahí conversando con cualquiera. En otros lugares que nada tienen que ver con el deporte es diferente, me recuerdan y saludan como la gloria que soy”, dice con resignación Leonard.
“En las instituciones fuera del deporte tiene que haber administrativamente un área que atienda a las glorias deportivas porque están desplegadas por todas partes. No todos trabajan en el sector”, indica Hernández.
En ocasiones, los medios de comunicación contribuyen también al descuido: “Cuando éramos atletas veíamos los resultados como una cosa normal y ahora te das cuenta que es difícil clasificar a unos Juegos Olímpicos, conseguir una medalla mundial y mantenerse tantos años en la élite y eso no se reconoce… ¿Cuándo se acuerdan? ¿Es posible que haya tanto olvido con nuestra medalla de bronce mundial? Es algo que nunca van a compensar”, afirma la laureada basquetbolista.
¿Y fuera de La Habana?
En cuanto al trabajo de atención en las provincias, Jorge Luis Barcelán, comisionado de pesas, asegura que hay aspectos que deben seguir perfeccionándose, pues debe haber mayor colaboración para evitar molestias y quejas.
“Existen muchas necesidades. Podrían gestionarse carnés para evitar que las glorias hicieran colas para adquirir ciertos productos. Con unidad y justas evaluaciones podríamos avanzar más”.
No obstante, para Regla Hernández las mayores deficiencias están en la capital. “En el interior del país se nota un mejoramiento en el sentido de la atención. Los factores se involucran más, aparece un problema y ya tienen una estrategia para darle solución. Aquí no.
“Hay atletas activos que tienen sus necesidades sociales, económicas y eso hay que atenderlo también. Los pasos de avance debieron ser mayores. En La Habana no se ha logrado, quizás porque dicen que ‘en la capital somos muchos’. Pues si es así, habrá que implementar una estrategia para llegar a todos”.
Leonard no se atreve a conversar con profundidad sobre este tema, mas no descarta que su situación se repita a nivel nacional. Coincide en que no todo pasa por lo material, pues hay atenciones que pueden aliviar ciertas dificultades. “Podrían viabilizar un turno médico, una medicina, en fin. Sé que el país pasa por una situación económica dura, pero podrían ayudarnos más”, sentencia.
Humanismo, palabra de orden
Compromiso y humanidad pueden ser dos de las alternativas más inmediatas para contrarrestar la escasez material ¿no lo creen?
“El nivel de insatisfacción siempre estará. No todos van a estar de acuerdo. Necesitaremos el apoyo no solo de la dirección del Inder, sino de los gobiernos provinciales. Es una labor de equipo, que si no se hace, no tendremos resultados. Ahí está enmarcado el descontento que existe de forma general. Voluntad y comprensión pueden contribuir a resolverlas”, declaró Judith Águila.
Por su parte Niurka González, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte, consideró que aunque mantienen una estrecha relación con las autoridades del Inder, se impone pensar en un vínculo más directo con la CNAA, a partir de que las glorias deportivas son un componente esencial de la masa trabajadora.
Asimismo, Águila manifestó que se están realizando recorridos a nivel nacional recogiendo las quejas y buscando mayor comunicación, para que los errores del ayer no repercutan en el futuro: “Las glorias no pueden quedar en el olvido porque son la historia y los jóvenes que están ahora se miran en el espejo de nosotros y dicen: ‘si ahora ustedes están así, mañana lo estaremos también’. Tenemos que tratar de erradicar eso”.
La CNAA se erigió como un pilar importante en el afán de no dejar indefensos a quienes durante algún periodo fueron filo de muchas de nuestras victorias más recordadas. Implementar iniciativas encaminadas renacer en su funcionamiento podría aliviar latientes tensiones, algunas empolvadas por el tiempo y aderezadas con altas dosis de falta de sensibilidad.
Llevarlas a buen puerto no implicaría grandes gastos, por ejemplo, gestionar trámites burocráticos, turnos médicos, facilitar el acceso a la compra de productos y medicamentos, y fortalecer el seguimiento a sus realidades podrían ser algunos de los tantos caminos para tratar de alcanzar ciertos alivios.
Además, sería oportuno retomar a mayor escala los retiros oficiales (hay deportes con decenas de casos sin este merecido homenaje), así como celebrar cumpleaños y recordar las gestas deportivas de las que fueron protagonistas. También deberían potenciarse invitaciones a conversatorios y charlas a centros educativos, laborales, barrios, entre otros.
El camino por recorrer para la CNAA puede ser largo y tortuoso. Muchas interrogantes y soluciones podrán surgir sobre la marcha. Solventarlas precisará de una exhaustiva corrección para un guion que por ahora, aunque pueda molestar a algunos, no tiene la mejor puesta en escena. ¿Qué le parece?
*Para este reportaje varias glorias y federativos se negaron a ofrecer declaraciones, alegando la necesidad de contar con un autorizo del Inder, lo cual no consideramos necesario para realizar un periodismo apegado a la verdad.
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