Sandy Medina Muñoz afirma sin pensarlo mucho que “se siente feliz cuando ayuda a las demás personas”, y uno le cree sin apenas conocerla. Tiene una sonrisa franca y habla con pasión de su labor como directora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Centro Integral de Atención al Cliente (CIAC), en la Empresa Eléctrica de La Habana. “La vida me ha puesto en el lugar perfecto para mí”, dice con total seguridad.
Es una joven alegre. En su tiempo libre le gusta la playa, compartir con amigos, es muy activa en las redes sociales y alguna que otra vez se hace selfies junto a amigos y compañeros.
Pero a la directora del CIAC, el tiempo casi no le alcanza. Despierta temprano; aún no han calentado los rayos del sol y ella está entrando a su oficina; muchas veces, sale tarde.
Cuando concluyó la secundaria básica, con posibilidades de optar por el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin, decidió estudiar técnico de nivel medio en Informática. “Vi una computadora en casa de una amiga y me enamoré de ese universo”, alega. Se esmeró tanto que terminó sus estudios en el Instituto Tecnológico Julio Antonio Mella, en el municipio de Boyeros, con Título de Oro. “Tuve muy buenas opciones de ubicación, pero preferí seguir como profesora en el Mella… y con 17 años ya trabajaba”.
Por sus resultados, le fue otorgada la carrera de Ingeniería Informática en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (CUJAE). “La hice a través del curso por encuentro, lo cual me daba la oportunidad de estudiar y trabajar. Me ha gustado siempre ser independiente. Con mucho, con poco, pero independiente. Resultó difícil, pero lo logré”.
Así se graduó en el 2015 y al año siguiente dio un paso decisivo en su vida. “Fui a la empresa eléctrica a buscar trabajo relacionado con mis conocimientos. No tenían plaza y me enteré que habían abierto un curso de formación para integrarse al centro de llamadas. Matriculé, había que empezar por algo. Cuando terminé, me uní al equipo y estuve un mes cogiendo llamadas de clientes que tenían alguna dificultad en el servicio eléctrico o planteaban alguna preocupación. Fue una experiencia increíble, me encantó interactuar con el público. Hubo personas que se acercaron y me preguntaban hasta cuándo iba a permanecer ahí, pues yo era ingeniera.
“Al mes, Victoria Aguilar López, especialista principal de atención al cliente, me pidió para que atendiera a las personas de forma presencial. En octubre ya era la especialista principal de atención a los clientes y reserva de cuadro de la UEB y en el 2018 fui designada como directora del centro”.
Todo fluyó de forma rápida. Hoy confiesa. “No ha sido fácil. Yo no tenía vínculos con la ingeniería eléctrica y eso me ha obligado a la constante superación”. Dice que se apoyó en compañeros de mucha experiencia y entre ellos nombra al ingeniero Leopoldo Ibáñez, a quien considera toda una enciclopedia.
“Hubo personas que creyeron en mi como Viky, y también Jesús Samón Leyva, el anterior director de la Empresa Eléctrica de la Habana. Ese hombre me impulsó…descubrió potencial sin yo verlo. Un verdadero maestro. Ambos son mis amigos en lo personal”, añade.
Según Sandy asegura, ocupar esa responsabilidad sigue siendo un desafío, sabe que en el CAIC está el rostro de la entidad y la buena comunicación con los clientes es fundamental, por ello utilizan todos los canales que están a disposición de los usuarios de la empresa eléctrica. Para ella, el centro de llamadas tiene una energía especial. “Yo quisiera que mis compañeras del 18888 se vieran reflejadas en mi…yo empecé ahí como operadora”.
Buen paso el de esta joven directora, que, aunque no es ingeniera eléctrica, brilla y contribuye a transformar ambientes.
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