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Con Filo: Talento local y economía nacional

Pocas consideraciones me parecen tan desacertadas como cierta  fea costumbre de llamarle talento local en cualquier programa artístico a quienes cultivan el arte y la cultura en el ámbito de su comunidad, en contraste con las presuntas figuras nacionales que visitan un territorio.

 

Ilustración: Martirena

Igual de pernicioso quizás resulta suponer que los nuevos actores económicos que comienzan a surgir en el ámbito de una localidad o municipio son menos importantes o tienen menor impacto en la economía del país.

Si bien es cierto que las grandes empresas estatales de carácter nacional son esenciales para el desarrollo, ello no debe llevarnos a subestimar el aporte que pueden realizar las micro, pequeñas, medianas y empresas, las cooperativas y hasta los trabajadores por cuenta propia, a ese propósito de crecimiento económico.

Porque ese talento económico local, como podríamos bautizarle también, tiene casi siempre muchas más posibilidades de mejorar de forma rápida y flexible el desempeño de la economía en los consejos populares y comunidades, que proyectos de mayor envergadura a veces más distantes.

Los nuevos actores económicos nacen la mayoría de las veces con esa vocación de búsqueda de soluciones específicas para un mercado más pequeño, conocido y cercano a sus productos y servicios.

Tales emprendimientos se adaptan como guante a la mano de esas necesidades locales, y también a los novedosos mecanismos financieros a disposición de los gobiernos territoriales, como parte de las políticas que buscan fortalecer la autonomía municipal.

No olvidemos, por ejemplo, que la mayoría de la tributación que genera la actividad económica de esos negocios particulares o estatales de menor formato se queda en los ingresos de los presupuestos municipales, y que además esas nuevas figuras pueden recibir los beneficios de los proyectos e iniciativas que se ejecutan en las comunidades a partir de las contribuciones para el desarrollo local.

Por tanto, ese escenario de la comunidad o el municipio se pinta solo para el estrellato de tales actores económicos, que pueden igualmente encadenarse entre sí o con empresas de mayor calado a las cuales a veces les cuesta más trabajo llegarles a esas demandas locales.

Existe también entonces la posibilidad de iniciar un negocio o actividad económica que comience a escalar desde una iniciativa familiar por cuenta propia hasta una mipymes o cooperativa con mayores alcances, en la medida que la idea resulte, se consolide y extienda, sin perder nunca esa base comunitaria.

A las autoridades locales les corresponde identificar tales potencialidades y promoverlas, incluso con propuestas que intencionalmente se conciban para responder a las insatisfacciones o planteamientos de la ciudadanía, y que puedan constituir una oportunidad para el éxito de esos nuevos actores económicos.

Si el barrio, el consejo popular y la comunidad avanzan y mejora la vida de sus habitantes, a partir del trabajo y la iniciativa de las nuevas formas de gestión, que hallan así también su prosperidad como negocio, estos talentos económicos locales no le tendrán que envidiar nada a nadie, pues se habrán ganado, y muy bien, su título de figuras destacadas para toda la economía cubana.

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