Defender el azúcar desde el surco es el propósito que Ernesto Martínez Escobar, presidente de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Manduley, del tunero municipio de Majibacoa, siempre ha inculcado a sus 156 trabajadores.
De origen campesino, Ernesto es oriundo de La Esperanza, un apartado paraje rural de esa misma demarcación y donde en la niñez aprendió a trabajar fuerte, “sin miedo a los obstáculos”, dice mientras recorre a pie guardarrayas siguiendo la preparación de tierra y la siembra de la actual campaña de primavera, que “es decisiva para las zafras que vienen”, acota.
Dotado de habilidades fundadas en casi 19 años en la dirección de colectivos vinculados con labores de la agricultura cañera y procedente de la UBPC Yeso 10, entonces la más productiva de esa comarca, llegó a este enclave y su liderazgo es tangible.
Primero la caña…
La Ubpc cuenta con mil 700 hectáreas dedicadas al cultivo de la gramínea, de las cuales mil 210 están plantadas y exhiben como promedio 39,5 toneladas por hectárea, “una cifra superior a la media nacional, pero trabajamos para sellar el total de las tierras y alcanzar las 40 toneladas, que es el potencial agroproductivo de estos suelos, buenos pero muy afectados por sequías persistentes”, comenta Martínez Escobar.
Esos escollos son el desafío cotidiano que enfrentan sin lamentaciones. “Nos estamos adelantado a la actual campaña de siembra de primavera, en la que vamos a plantar 250 hectáreas”, dice con seguridad y justifica su optimismo con la buena preparación de tierra, la cuidadosa selección de la semilla y las oportunas atenciones culturales a los retoños.
Y el mismo día en que comenzaba la estación ya 22 hectáreas tenían en su seno las semillas. ¿Y no es un contrasentido? le pregunto para provocarlo y argumenta que lo han hecho aprovechando las ventajas del fertirriego con el agua que deshecha el central gracias a su cercanía a las tierras donde plantan el futuro.
¿Y los hombres?
“Así como atendemos la tierra y los cultivos atendemos a los hombres”, asegura Nolberto Osorio Muñoz, jefe de Producción de Alimentos, y refiere que no son una carga para el Estado, pues el autoconsumo les proporciona soberanía alimentaria.
Los cuidados a la fuerza laboral comienzan mucho antes de su llegada al surco. Para lograrlo, en uno de cada tres los lotes cuentan con un inmueble rústico, donde se le oferta desayuno y almuerzo, y disponen de esos espacios para el descanso reparador entre una jornada y otra.
“En la última etapa cosechamos más de mil toneladas de arroz, una de frijol y seis de viandas; extrajimos cerca de 500 litros de aceite de ajonjolí y no hace mucho matamos cinco toros. De todas estas producciones se benefician, los trabajadores y sus familias, así como la población de la comunidad El Tablón”, explica Osorio Muñoz. Además, fomentan la crianza de cerdos, conejos, ovejos y aves de corral.
Varios factores, un objetivo
Osorio Muñoz encomia la unidad entre todos los factores y lo hace, también, desde su condición de secretario general del núcleo del Partido. “Nosotros halamos parejo”, asegura y reseña cómo esa unidad articula el buen desempeño.
Confirma que es tradición y que se está fortaleciendo y Rafael Peña Batista, secretario de la sección sindical, asiente con un gesto y lo ilustra con la implementación colectiva de más de 40 acciones que responden a las 93 medidas aprobadas en el III Pleno del Comité Central del Partido para salvar aql sector cañero-azucarero del país.
“Nos benefician 10 de esas medidas y las discutimos con todos los trabajadores. Ellos están conscientes de lo que significan y son nuestra guía en estos momentos en los que debemos aprovechar bien las facilidades y los estímulos que otorgan porque ayudan a la recuperación y a los ingresos colectivo e individual”, enfatiza.
Resultados
El accionar conjunto y comprometido tiene como premio que su pelotón de corte mecanizado, liderado por una añeja combinada KTP-2M, ostente la condición de más productivo de la Empresa Azucarera Majibacoa.
“Le hicimos una buena reparación y técnicamente ha respondido con mucha eficiencia”, exalta Martínez Escobar, quien reconoce los cuidados que le dispensan el operador Jorge Ávila Díaz y el mecánico Alier Rondón Pérez, que han devengado salarios de 24 mil y 13 mil pesos, respectivamente, por la alta productividad alcanzada.
